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11,6 millones de euros no dan la felicidad

Once años después de derrochar todo el dinero de la lotería en alcohol y prostitutas, Michael Carrol se declara feliz al trabajar por 1.116 euros al mes en una fábrica

MADRID Actualizado: Guardar
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Decía Woody Allen que el dinero no da la felicidad, "pero produce una sensación tan parecida que solo un auténtico especialista podría reconocer la diferencia". El tópico, sin embargo, sí que se cumplió en el caso de Michael Carrol, un joven inglés de 30 años. En 2002 ganó 10 millones de libras (11,6 millones de euros) en el sorteo de la Lotería Nacional y ahora, once años después, trabaja en una fábrica de galletas donde gana 204 libras a la semana (279 euros, 1.116 al mes) "por envasar y apilar bizcochos y galletas. Y me encanta. Ahora valoro más que nunca el dinero que gano frente a una fortuna de 10 millones", afirma Carrol.

Su vida ha sido una dura travesía desde que ganó el premio. Se divorció de su mujer Sandra, fue encarcelado dos veces, se gastó toda su fortuna en coches, drogas, alcohol y prostitución, y fue declarado en quiebra, según publica 'The Daily Mail'.

Se encontraba en un agujero sin salida, y para ello decidió buscar una nueva oportunidad fuera de Inglaterra. Se mudó al norte, a Escocia. Desde hace dos meses ha cambiado su vida de estrella de rock por un mono blanco con redecilla. Sin embargo, para ‘el rey de los poligoneros’, como era conocido después de ganar la Lotería Nacional británica, eso es suficiente. "En este nuevo momento de mi vida tengo todo lo que necesito. Cuando me mudé a Escocia, durante una semana viví en una tienda de campaña en el bosque y no tenía dónde ir porque todavía no había empezado a trabajar en la fábrica". Ahora está en un turno de seis horas, cinco días a la semana y ha hecho nuevos amigos.

Hoy en día Carrol sigue jugando a la lotería, pero esta vez por una buena causa. En caso de ganar otra vez, gastaría el dinero en quien más lo necesitara. "Lo único que he ganado recientemente es mi vida. Pero si vuelvo a ganar 10 millones, los destinaré a ayudar a niños con problemas de drogadicción". Aunque el sueño que le queda por cumplir es emigrar a Australia y comprarse una casa.