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El amor homosexual y la violencia marcaron Cannes

El premio a la película de Abdellatif Kechiche y a sus intérpretes es "un premio al buen cine, y no un premio político", ha declarado uno de los miembros del jurado

CANNES Actualizado: Guardar
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El amor homosexual y la violencia marcaron el 66º Festival de cine de Cannes, cuya Palma de Oro recompensó por primera vez a un filme que habla del amor gay, en un momento donde el tema está en debate en Francia, y premió como mejor director a Amat Escalante, que ofreció en "Heli" un devastador retrato de un México corroído por el narcotráfico. El domingo, mientras en Cannes jurado presidido por el productor y realizador estadounidense Steven Spielberg daba su máximo premio a "La vie d'Adèle", una historia de amor entre dos mujeres, en París una marcha contra la reciente legalización del matrimonio gay terminaba con choques con la policía y unos 300 arrestos.

El premio a la película del francotunecino Abdellatif Kechiche y a sus asombrosas intérpretes, Adele Exachopoulos y Lea Saydoux , que protagonizan largas secuencias de sexo lésbico, es "un premio al buen cine, y no un premio político", declaró uno de los miembros del Jurado, el cineasta rumano Cristian Mungiu. "La vie d'Adele", cuyo título en español será probablemente "El Azul es el color más cálido", no milita en favor del amor homosexual -aunque incluye una manifestación del Orgulllo Gay y otra a favor de la escuela pública- pero esboza en imágenes de gran belleza y con muchos matices el retrato de una adolescente que descubre su sexualidad, el amor, el dolor y la soledad.

El director dedicó su premio a "esta bella juventud de Francia (...) que tanto me enseñó acerca del espíritu de libertad" y a "otra juventud (...), la de la revolución tunecina,, por su aspiración a poder vivir también libremente, expresarse libremente y amar libremente". El tema del amor gay estuvo presente en todas las secciones del Festival, que incluyó en su concurso por la Palma de Oro un filme de Steven Soderbergh sobre el extravagante músico Liberace, interpretado por Michael Douglas, y su joven amante, bajo la piel de Matt Damon, que se fue con las manos vacías.

"Mi vida con Liberace" fue hecha para la televisión porque no halló productores en Hollywood, por lo que no tiene el aliento cinematográfico que impregna todo el filme de Kechiche. Otro tema fuerte en este certamen fue la violencia, y la sangre corrió en muchos filmes que aspiraban a la Palma de Oro, lo que llevó a muchos críticos a interrogarse sobre la necesidad de mostrar tanto ensañamiento. "Lo que yo muestro no es nada comparado a lo que pasa en una parte de México", declaró el joven Amat Escalante, cuya película, bien hecha y admirablemente bien filmada, empieza con un hombre ahorcado en un puente e incluye escenas gráficas de tortura que repugnaron a algunos críticos que dejaron la sala.

"Me ha extrañado que mi película pueda repugnar", dijo Amat Escalante tras recibir el premio, el mismo que coronó el año pasado a su amigo, mentor y productor Carlos Reygadas. "Creo que los críticos que se dicen chocados por la violencia" en "Heli" " y "que lo han dicho en sus twitters, son bastante cobardes. Les digo 'vengan a México' y verán que está en todas partes. Los diarios muestran cabezas decapitadas, cuerpos quemados, brazos cortados", dijo el realizador mexicano. "Yo quería mostrar en mi filme cómo es esa realidad, para que la gente sienta esa violencia, en todo su dolor", prosiguió Escalante, que con este premio confirma que la cinematografía de México es una de las más fértiles en el mundo, como no se cansa de repetir Thierry Frémaux, el director artístico del Festival.

Vísceras

También se vieron brazos cortados y mucha sangre en filmes de Japón, China y otros países."Pero esas imágenes no provocaron twitters de los críticos", se indignó Escalante. La recompensa de Amat Escalante no es un premio a la violencia en las pantallas, sino al buen cine, dejó claro el Jurado, uno de los más brillantes y audaces en la reciente historia de este Festival, que ha premiado filmes que anuncian el cine de mañana. Otro tema que recorrió como hilo conductor este Festival es el de los conflictos familiares.

La agonía de dos familias japonesas al saber que sus hijos han sido intercambiados al nacer, en "Like Father like son" (De tal padre tal hijo), del japonés Hirokazu Kore-eda, recibió el Premio del Jurado. Y Cannes coronó a la franco-argentina Berenice Bejo como mejor intérprete, por su papel de madre desgarrada en "El Pasado", que entra en la intimidad de una familia parisina, del gran director iraní Ashgar Farhadi.

El premio a mejor actor fue atribuido al septuagenario estadounidense Bruce Dern, por su rol en "Nebraska" de Alexander Payne, una "road movie" melancólica que retrata con tristeza y ternura la relación entre un hijo y su viejo padre alcohólico y con demencia senil. Mientras Cannes se vaciaba paulatinamente este lunes de cineastas, estrellas y periodistas, se escuchaban los últimos comentarios de los críticos, que reconocen un "notable" certamen y el "valor" de un Jurado que al otorgar sus premios no se dejó influir por otra cosa que el buen cine.