NORTE DE ÁFRICA

Un muerto en los choques entre policías y salafistas en Túnez

El Gobierno ha prohibido celebrar el congreso de 'Ansar Al Sharía', un grupo extremista islámico

TÚNEZ Actualizado: Guardar
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Un joven manifestante ha muerto en Túnez y unos quince policías y militantes salafistas han resultado heridos en los enfrentamientos entre las fuerzas de seguridad y partidarios del movimiento islamista radical Ansar Ashariaa en la ciudad de Kairuán.

Munira Ben Ghazi, responsable del hospital Mongi Slim en la localidad de La Marsa, ha identificado al fallecido como Moez Dahmani, nacido en 1986, y ha indicado que había muerto por un disparo. El portavoz del ministerio del Interior, Mohamed Ali Arui, ha confirmado la muerte a la cadena de televisión Hannibal TV sin dar detalles sobre las circunstancias.

Este domingo se han vivido enfrentamientos en un barrio de Túnez entre salafistas del movimiento islamista radical Ansar Ashariaa y las fuerzas de seguridad. Ansar Ashariaa intentó organizar una manifestación en Cité Ettadhamen después de que las autoridades hubieran prohibido la organización de su congreso anual en la ciudad de Kairuán, 150 kilómetros al sur de Túnez. Tras la prohibición de reunirse en Kairuán, Ansar Ashariaa pidió a sus militantes que se reunieran en Cité Ettadhamen, un barrio salafista a 15 kilómetros al oeste de la capital y que ya había sido escenario de enfrentamientos la semana pasada.

Los enfrentamientos estallaron hacia el mediodía en el barrio, donde centenares de salafistas levantaron barricadas con neumáticos ardiendo. La policía respondió con tiros al aire y gases lacrimógenos, y luego desplegó tanques y bulldozer para dispersar a los manifestantes y destruir las barricadas. Los salafistas se retiraron después al barrio cercano de Intilaka, donde los enfrentamientos seguían esta tarde, con los manifestantes lanzando piedras y cócteles Molotov.

"Durante las protestas, once agentes de seguridad resultaron heridos, uno gravemente, así como tres manifestantes, uno de los cuales está herido de gravedad", ha señalado el Ministerio del Interior, que ha hablado de "cerca de 700 islamistas extremistas con cócteles incendiarios, proyectiles y armas blancas". El Ministerio no ha precisado la naturaleza de las heridas o el número de detenidos.

En Kairuán, la calma volvió hacia las 16.00 hora local. La explanada de la mezquita, donde tenía que celebrarse el congreso prohibido por las autoridades, estaba casi desierta. Por la mañana hubo enfrentamientos en la ciudad entre la policía y un pequeño grupo de salafistas. Por la tarde los manifestantes fueron en su mayoría jóvenes que no parecían formar parte del movimiento islamista radical.

Amenaza para la seguridad

En los últimos días se produjeron detenciones de militantes salafistas en todo el país, aunque las autoridades no han dado todavía ninguna información oficial. El portavoz de Ansar Ashariaa, Seifedine Rais, fue uno de los detenidos, indicó su organización y una fuente de seguridad.

El Gobierno tunecino, dirigido por el partido islamista Ennahda, que a principios de este mes reconoció la presencia en el país de grupos armados aliados de Al-Qaida, prohibió el congreso de Ansar Ashariaa por considerar que era "una amenaza para la seguridad"

Al Qaida en el Magreb Islámico (Aqmi) dio apoyo el sábado por la noche a Ansar Ashariaa e hizo un llamamiento a los militantes tunecinos a no ceder a las provocaciones de las autoridades. "No os dejéis provocar por el régimen y su barbarismo para cometer actos imprudentes que podrían afectar el apoyo popular que tenéis", dijo Abu Yahia Al Shanqiti, miembro del comité Al Charia de Aqmi. "Tenéis que ser gente sabia y paciente", añadió.

Desde su llegada al poder Ennahda ha sido acusado de ser permisivo con los grupos que proclaman la guerra santa. Sin embargo el partido endureció mucho su posición desde que 16 militares y gendarmes resultaran heridos entre finales de abril y principios de mayo por unas minas colocadas por grupos armados en una zona cerca de la frontera con Argelia. Ansar Ashariaa acusa a su vez a Ennahda de aplicar una política anti-islámica y amenazó al Gobierno con una "guerra".

Desde la revolución de 2011, los enfrentamientos violentos provocados por el movimiento salafista se han multiplicado en Túnez. El país también se ha visto desestabilizado por una profunda crisis política y por los conflictos sociales provocados por la pobreza de la población.

El jefe de Ansar Ashariaa, Saif Alá Bin Husein, llamado Abú Iyadh, es un veterano de Afganistán que luchó junto a Al-Qaida. Está huido desde el ataque de la embajada de Estados Unidos, una acción del que las autoridades le consideran responsable y que dejó cuatro muertos entre los asaltantes.