Poetika rescata los versos de las bibliotecas

¿Qué le inspiraría al mismísimo Boris Vian una Semana Santa lluviosa y de cielos grises como la que se presenta por delante? ¿Qué escribiría Lope de Vega a la sombra de los naranjos de su casa en Madrid? ¿Qué palabras brotarían de las manos de los grandes poetas chinos tras tomarse un buen vino español? Son preguntas difíciles de responder pero quien quiera ya puede hacerse una idea con Poetika, la primera antología geolocalizada en forma de aplicación móvil. "A través de un algoritmo especial ofrece a quien la tenga un poema de manera azarosa dependiendo de la hora del día, de la climatología, de dónde se encuentre..", explica Jenaro Talens, uno de los editores del proyecto. Este poeta y ensayista español de Tarifa añade, que además de estos criterios, también se pueden obtener unos versos "relacionando temas y emociones".

Tanto la versión gratuita como de pago de Poetika fueron lanzadas la pasada semana, por el momento, para teléfonos iPhone. Ha sido ideada por Wake App, responsables de otros proyectos como las 'aplicanciones' de Jorge Drexler. Cuenta con 1.500 obras pero sus responsables esperan que este catálogo se duplique tras el verano.

'Micropoemas'

Por no hablar de los pinitos que se atrevan a hacer los usuarios, que pueden compartir sus creaciones a través de la plataforma. "Es una buena oportunidad para la poesía de salir de las bibliotecas, porque siempre ha sido considerado muy marginal, de élite. Y de repente, uno se encuentra que es una cosa viva y que puede salir una poesía para cada momento", cuenta Catherine François, otra de las encargadas de la selección, que asegura que el formato podría ser extensible a los relatos cortos. Preguntada por la relación entre tecnología y poesía, pone de ejemplo los 'micropoemas' que muchas personas escriben en Twitter, los que considera "los más difíciles de escribir" debido a la limitación de palabras lo "que es un reto para cualquier escritor".

Por su parte, Antonio González, uno de los miembros de Wake App, explica que la idea nació en una conversación informal entre Talens y uno de sus socios, que consideraban "que la poesía tenía que dejar de ser algo culto o difícil". "Como solución, se nos ocurrió que si permitíamos descubrir al gran público poemas que respondieran a sus intereses o estados emocionales de forma sencilla, perderían el miedo a este género", concluye.