TEATRO

La crisis de los 40, a examen

El teatro Marquina de Madrid estrena ‘Hombres de 40’, comedia escrita por Eduardo Galán con Roberto Álvarez y Diana Lázaro como protagonistas

MADRID Actualizado: Guardar
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Ahora que la palabra crisis evoca sin excepción el desastre económico, el autor teatral Eduardo Galán nos recuerda que nuestra existencia está marcada por un crisol de crisis que afloran a lo largo de los años. Y entre todas destaca la crisis de los 40, gran exponente de la catarsis existencial, que aborda con grandes dosis de humor, amor e ironía en su último trabajo, ‘Hombres de 40’. La obra, que se ha estrenado en el teatro Marquina de Madrid bajo la dirección de Mariano de Paco Serrano, sube a las tablas a un elenco de personajes en plena crisis existencial, como Carlos (Roberto Álvarez), un renombrado arquitecto y cabeza de familia en apariencia perfecta al que la burbuja inmobiliaria le estalla en las manos o su hermano Santi (Santiago Nogués), un sacerdote que sufre una intensa crisis de fe. Ambos lucharán por mantener un gimnasio de barrio en peligro de extinción por la amenaza de las franquicias. Y mediando entre ambos, una presencia femenina, Eva (Diana Lázaro), que aportará la dosis de realismo necesaria para hacer que los desorientados personajes masculinos pongan los pies en la tierra.

Galán pone en perspectiva las neuras, errores, fobias y complejos que nos acompañan a lo largo de nuestra vida y que parecen aflorar en el mediodía vital. “La década de los 40 es como un punto de inflexión, cuando por ejemplo te has casado muy joven y ves que tu matrimonio es un desastre, o has iniciado una actividad profesional y te das cuenta de que es un horror, o has tenido un sueño y no lo has conseguido. La obra no habla de sentirse mayor sino de un punto de inflexión desde el punto de vista de cada uno de los personajes”, explica Roberto Álvarez. “En mi caso es un arquitecto que le estalla la burbuja inmobiliaria y pasa de tenerlo todo a ver que el suelo ha desaparecido y tiene que empezar una vida nueva”. A la hora de recomponer su vida, el gimnasio que funciona como epicentro de la trama se convierte en el símbolo por el que aprenden a levantarse y a empezar de nuevo desde cero con ilusión y con fuerza, el punto de unión de un grupo de personas que intentan superar la desorientación por la que discurre su trayectoria vital. “Antes confundíamos la crisis de los 40 con algo más estético, como el miedo a envejecer, pero es un tópico, aquí se habla más bien de un punto de inflexión en la vida”, recuerda el actor asturiano.

El boxeo como los golpes de la vida

Su hermano en la ficción es el perfecto exponente de ese punto de inflexión en el que salen a la superficie esos pequeños traumas acumulados. “En mi caso aflora de golpe porque yo iba para sacerdote y es por echar un cable a mi hermano que llego a este gimnasio, me encuentro con Eva y cambia toda mi vida, me da un masaje terapéutico y al contacto de sus manos con la carne pierdo la fe, me quito los hábitos, me los remango casi”, explica Santigo Nogués.”Mi crisis realmente es de fe, de espiritualidad, porque de repente no encuentro ya ese sentido a mi vida. Ahora mi único objetivo ya es ponerme cachas con el objetivo de ligarme a Eva y a todas las chicas que pueda”. Y entre las múltiples crisis que se abordan en la obra, Nogués destaca la de los 40 como algo que está por encima incluso de la coyuntura económica. “Necesitamos entrar en boxes a que nos cambien las ruedas, a que nos pongan un poquito de aceite y prepararnos para lo que ha de venir. Es como si las estructuras se nos tambalearan, pero esa crisis es personal , está por encima de coyunturas económicas como la que tenemos ahora, aunque todo influye”, señala el actor.

El punto de cordura lo aporta el personaje de Eva, una mujer que atraviesa una enfermedad y que ha aprendido a dar a cada cosa la importancia que realmente tiene. “Todos deberíamos intentar aceptar el momento y tirar para adelante y eso es algo que te enseña el boxeo, a seguir luchando cuando estás cansado o te acaban de golpear”, destaca Diana Lázaro. “Porque así es la vida, hay que seguir peleando porque eso es lo que nos hace sabios, fuertes y valorar en su importancia justa aspectos como la salud, la familia o la amistad. Estamos continuamente en crisis, saliendo de unas para entrar en otras y ese es el reto, superarlas”.