FÚTBOL | COPA DEL REY

Pasillo de campeón para el Atlético en Sevilla

Con un fútbol pragmático, los de Simeone dejaron en evidencia la defensa de cristal sevillista y pusieron los dos pies en la final gracias a la dupla Costa-Falcao

SEVILLA Actualizado: Guardar
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Media hora le bastó al Atlético de Madrid para certificar su pase a la final. Habrá derbi madrileño. Solo queda saber dónde. Los de la capital de España no solo fueron superiores, sencillamente se presentaron en solitario en el Pizjuán. El Sevilla ni apareció, ni quiso jugar las semifinales. Con una defensa propia de un club de Segunda vio como la dupla Diego Costa-Falcao se transformaba en ciclón mientras tronaba en el Guadalquivir.

Era el partido de las reivindicaciones para los entrenadores de uno y otro lado. Simeone no quería que continuara la duda que sobrevolaba a su equipo tras la eliminación de la UEFA. También Emery se jugaba lo suyo. Es el entrenador maldito de las eliminatorias, donde la alta tensión termina por electrocutarlo. Nunca ha logrado poner la guinda al pastel, a pesar de conseguir los objetivos mínimos exigidos. Siempre le robaban esa drupa en el último suspiro, cuando ya la veía coronar en la tarta.

En la previa se pedía la atención sobre algunos hombres a los que se les presumía el protagonismo. Pero surgió una invitada inesperada, que a la postre modificaría planes iniciales. La lluvia -con granizada de regalo- hizo un funesto acto de presencia para los planes tácticos planteados durante la semana por Emery. Le fue mejor a su rival bonaerense, con un bloque hecho a su imagen y semejanza, se desenvuelve con templanza en estas condiciones.

Fueron estas las ideas lógicas que imaginaron los aficionados citados en el Sánchez-Pizjuán, toda vez que el inicio del encuentro fue un monólogo madrileño. Prueba de ello, el tanto de Diego Costa nada más comenzar ante la pasividad de los centrales, que dejó mudo a un estadio encolerizado. Falcao terminaría de sentenciar la eliminatoria con un segundo gol que dejó en evidencia a Botía e, indirectamente, la pésima planificación deportiva de 'Monchi', a quien se le debe exigir responsabilidades.

Segunda mitad intranscendente

No se encontraba cómodo el Sevilla ante la telaraña en el centro del campo tejido desde la pizarra contraria. Solo Navas era quien tenía el orgullo propio para tirar del carro. Lo hizo con un gol de rosca exquisita que daba algo de emotividad, aunque no reflejó nerviosismo en el lado opuesto. Porque con el pase asegurado, lo mejor era que todo acabara rápido. En el descanso se esperaba la mano de Unai, aunque echó un vistazo a sus suplentes y el panorama se tornó más desolador que la primera parte acaecida.

En los segundos cuarenta y cinco minutos hubo tiempo para ver a los de Nervión intentar un imposible a la desesperada. En un intercambio de golpes, donde hubo más fallos que aciertos, algunos jugadores como Negredo quedaron retratados. Sabedor el vallecano que la temporada que viene estará camino de Londres parece no querer saber más de la historia en sevillista. Mientras tanto, el ‘Cholo’ lo tenía todo atado y bien además. Únicamente sobró la fase anodina final, donde el juego dio paso a las patadas. Diego Costa fue el blanco de la impotencia, por lo que Medel y Kondogbia acabaron expulsados. Rakitic empató para maquillar un triste epílogo en Copa.

Hacía 60 años que el 'Atleti' no eliminaba al equipo andaluz. La racha se rompió de la mejor manera posible, dando un golpe de efecto sobre la mesa. Ahora espera el eterno rival. Un partido para la épica. Pero esa ya es otra historia.