Natación sincronizada

«Ahora sales con una felicidad de la piscina que con Tarrés no sucedía»

«A nadie le echan así como así después de haber conseguido tantos éxitos», asegura Marga Crespí, miembro del equipo de natación sincronizada

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La nadadora española de sincronizada Margalida Crespí afronta con optimismo la nueva etapa que se abre en la selección española, donde tendrá "la gran oportunidad" de compartir el dúo con Ona Carbonell tras la retirada de Andrea Fuentes, y, sobre todo, después de la marcha de Anna Tarrés, a la que consideraba "demasiado dura", y el cambio por Esther Jaumà, "lo mejor que le ha pasado a la natación sincronizada en mucho tiempo".

"(El cambio técnico) Es lo mejor que le ha pasado a la natación sincronizada en mucho tiempo. Las nadadoras actuales confiamos plenamente en ellas, y nos sentimos muy a gusto por cómo han cambiado los entrenamientos. Eso no quiere decir que sean menos duros, para nada, pero sí que ahora sales con una felicidad de la piscina por haber completado un buen entreno, cosa que antes no sucedía", comenta Crespí en una entrevista a 'sombalears.es' que recoge Europa Press.

Para la balear, el nuevo 'staff' "es realmente valioso". "Todas ponemos la mano en el fuego por ellas y hacemos lo que nos pidan, porque tenemos fe e ilusión, y estamos creciendo no sólo como nadadoras, sino también como personas", indica.

Crespí recuerda que Anna Tarrés "tenía una manera particular de hacer las cosas, y a muchos no le gustaba". "Era demasiado dura, la verdad, y si no la renovaron, será por algo, porque a nadie le echan así como así después de haber conseguido tantos éxitos. La federación tenía unos motivos, y encontró que ese era el momento justo, al terminar unos Juegos y comenzar con el nuevo ciclo olímpico", recalca.

"Simplemente decidieron rescindir su contrato, y todo el ruido que hizo cuando se marchó creo que no estuvo bien. Ahora, con el nuevo equipo, todo es distinto. Claro que tiene mucho mérito el trabajo que realiza un entrenador, sea en el deporte que sea, y Anna merece su reconocimiento, pero no de esa manera, porque al final quien sale a trabajar, a competir, a partirse la cara, quien puede tener un mal día y perder o un buen día y ganar, somos nosotras, las nadadoras, el deportista", prosigue la nadadora.

En el nuevo equipo está Gemma Mengual, "una persona que tiene un don dentro del agua", opina la bronce olímpico en equipo. "Se mueve de una manera especial. Hace fáciles movimientos que para nosotras resultan muy complicados, y por tanto, significa una ayuda muy útil para encontrar esos movimientos imposibles. Además, casi todas las que estamos en el equipo la hemos tenido como compañera, así que es como una más", confiesa.

Además, la marcha de Tarrés y la de Andrea Fuentes le han abierto a Crespí la puerta del dúo junto a Ona Carbonell, algo que afronta como "una gran oportunidad". "Quedan cinco meses antes del Mundial para demostrar que estamos preparadas para todo. Ahora más que nunca, entreno con una ilusión añadida. Estoy muy agradecida por la oportunidad que se me ha dado, y no pienso decepcionar a mis entrenadoras", advierte la balear que, de todos modos, ve "bastante complicado" alcanzar a las rusas.

"Yo ahora tengo un objetivo muy claro, el Mundial de Barcelona, y eso es lo que me motiva. Tengo claro que tengo que ir a por ello porque si mi objetivo estuviese dentro de unos años, me costaría mucho más. Quizá no lo aguantaría", subraya.

Y es que para la española la cita mundialista "es muy importante" para saber qué objetivos se pueden marcar "para los próximos años". "Si antes de Londres no me atrevía a hablar más allá de Barcelona 2013, después del cambio técnico miro hacia Río 2016. Quiero seguir superándome cada día, mejorar y crecer como persona, aprovechar estos años porque después los recordaré con mucho cariño", sentenció.