XXIV Cumbre germano-española

Crecer o recortar, he ahí el dilema

Los dirigentes han sacado a la luz sus diferentes criterios sobre quien puede y debe tirar de la economía europea

MADRID Actualizado: Guardar
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Mariano Rajoy viaja a Berlín con el pesado fardo de la crisis política en España justo cuando ha empezado a ver algunas luces entre las sombras de la depresión económica. Ni en la cita de Alemania ni en la posterior de Bruselas le van a pedir explicaciones sobre los 'papeles' de Bárcenas, pero no es de descartar que los inversores, tras haber aflojado la presión sobre la deuda soberana en pasadas semanas, vuelvan a desconfiar del bono nacional si perciben claros signos de desestabilización. Por eso el jefe del Ejecutivo afronta una semana europea en la que vuelve a estar necesitado de conquistar apoyo exterior. Con Angela Merkel, si alguna vez hubo cierta sintonía, los posicionamientos públicos de las últimas semanas no van a contribuir a restaurarla.

En la localidad suiza de Davos, donde el foro de este nombre convoca cada año a la élite económica mundial en una cita a la que Rajoy nunca ha acudido, Merkel puso el dedo en la llaga. Justo en el momento en que se confirmaba en España la existencia de un mercado laboral con casi 6 millones de parados, la canciller expresó su preocupación por la alta tasa de desempleo juvenil y hasta sugirió al Ejecutivo español que debía adoptar alguna «medida puente» para evitarlo.

La respuesta del jefe del Gobierno no se hizo esperar. Mientras España no puede permitirse en estos momentos políticas expansivas, porque tiene que recortar el déficit, «otros países» debieran tomar esa iniciativa. Y la contrarréplica de Merkel vino pocos días después. Berlín piensa que ya hace su aportación al robustecimiento de la zona euro con sus políticas de estímulo de consumo propio y de rebaja de las cargas impositivas. Los demás países europeos harían bien si dirigieran sus miradas hacia el resto del mundo.

Escenario de esta confrontación fue la cumbre Europa-América Latina-Caribe. En Chile, un país que la canciller alemana se ocupa de mimar, Rajoy reprochó a Merkel el mantenimiento de unas políticas cicateras, impropias de un país a quien todos consideran el motor de Europa. No es nada que suene nuevo a los oídos de la dirigente germana. Hasta el Fondo Monetario Internacional ha aconsejado a Alemania retrasar un poco su objetivo del déficit cero para ayudar al relanzamiento de la economía de la zona euro, que no acaba de despegar.

Y fue en Chile también donde Merkel, que se volcó en contactos para promover las relaciones económicas, le planteó a Rajoy que aprovechara las ventajas que por motivos de lengua y de cultura, tiene España en sus contactos con Latinoamérica.

En el marco de la cumbre Unión Europea-América Latina, y al margen de este rifirrafe público, los dos dirigentes se vieron unos pocos minutos a solas, con una intérprete como único testigo. Aseguraron fuentes de la Moncloa que fue una comunicación cordial, centrada en el intercambio de opiniones sobre el próximo Consejo Europeo.

La cita decisiva de la semana próxima es, justamente, la reunión que los jefes de Estado y de Gobierno de la Unión Europea tienen jueves y viernes para retomar las discusiones sobre el Presupuesto comunitario para los años 2014-2020. El hueso más duro de roer es en este caso el Reino Unido, que pese a la mínima dotación económica de la cuenta común, sigue empeñado en recortarla.