casas reales

Una reina para un rey, un príncipe para una reina

Holanda dio vía libre en 2011 para que Máxima Zorreguieta reine junto a su esposo pero la argentina recibió en febrero de 2002 el título de princesa de los Países Bajos

MADRID Actualizado: Guardar
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Cuentan que Máxima Zorreguieta tiene un extraordinario sentido del humor que incluso la llevó a rebautizar a la princesa de Asturias como Metizia para que así entrada a formar parte del club de las princesas de la M (Máxima de Holanda, Matilde de Bélgica, Mette Marit de Noruega y Mary de Dinamarca). Dicen también de la argentina que es quien motiva el contacto entre las herederas, su gran nexo de unión. Pero hasta hace apenas año y medio ella no era igual que ellas. Porque Letizia supo desde el día que se comprometió con el príncipe Felipe que llegado el día se convertirá en reina de España, lo mismo que Mette Marit, Matilde y Mary accederán al trono cuando sus maridos sean coronados. Máxima, no. Máxima recibió en febrero de 2002 el título de princesa de los Países Bajos al pronunciar 'ja ik wil' (léase 'sí quiero'), el tratamiento de alteza real. Y ya. La esposa de Guillermo de Orange, del príncipe heredero, no obtuvo el de princesa heredera hasta julio de 2011, cuando el parlamento holandés dio vía libre, mediante una autorización especial, a que la princesa argentina reine junto a su rey.

La medida de gracia salió adelante por mayoría, pero con oposición. Los defensores del 'no' basaron su argumentación en que en 2011 resulta cuanto menos anacrónico que la esposa de un rey se convierta de forma automática en soberana. Los del 'sí' recurrieron a la historia, a la tradición, para allanar el camino a Máxima. Recordaron que los antecedentes favorecen a la princesa, ya que las esposas de los reyes Guillermo I, Guillermo II y Guillermo III accedieron al trono como reinas en el siglo XIX. Un privilegio, no obstante, reservado solo a las mujeres, dado que los maridos de las últimas reinas de los Países Bajos, Guillermina, Juliana y la actual reina Beatriz, ejercieron como príncipes y no como reyes de Holanda.

Monarquías europeas

Un privilegio, dígase de paso, que se extiende al resto de las monarquías europeas. Porque otro tanto de lo mismo sucede en Suecia, donde Victoria reinará junto a un príncipe. Su marido, Daniel, jamás será rey. Es la única princesa de cuna en primera línea de sucesión al trono. En segunda línea, como herederas de herederos, hay bastantes más, como la infanta Leonor, que se convertirá en reina de España sin un rey a su lado, como está estipulado en la Constitución: "Al consorte de la Reina de España, mientras lo sea o permanezca viudo, corresponderá la dignidad de Príncipe. Recibirá el tratamiento de Alteza Real y los honores correspondientes a su Dignidad que se establezcan en el ordenamiento jurídico". Y eso mismo ocurre en Bélgica, Noruega y Holanda, donde también, en segunda generación, una mujer está llamada a convertirse en reina.