Florentino eleva a Ramos a leyenda del Madrid

La ausencia de José Mourinho en la presentación de un libro sobre Sergio Ramos, a quien Florentino Pérez ascendió a la categoría de mito del Real Madrid, se interpreta como un síntoma más del sonado divorcio del verano que viene entre el técnico portugués y el máximo dirigente blanco. Aunque el equipo blanco se alzase al final de curso con la ansiada décima Copa de Europa, todo apunta a que el matrimonio no se salvaría.

Aunque sellaron una paz transitoria y por el bien común del club tras la última visita de los merengues a Ámsterdam, sabido es que Ramos y 'Mou' no sintonizan y que, en cambio, el camero es el ojito derecho de Pérez porque entiende el dirigente que el internacional es un tipo leal que simboliza los valores que tradicionalmente representan al club más laureado del mundo.

Con su presencia y una intervención que se deshizo en elogios al futbolista, Florentino le dio un aire más que institucional a la puesta en escena del libro titulado «Corazón, carácter y pasión», escrito por el periodista Enrique Ortego. «No es fácil llegar aquí con 18 años, jugar como si llevara toda la vida con nosotros y formar parte de la mejor parte de la historia de este club, subrayó el dirigente antes de destacar el «talento, el sacrificio, la entrega máxima y la responsabilidad» como las bases que han llevado a Ramos a convertirse en un «referente del Real Madrid».

«Su obsesión era triunfar aquí. Conoce y sabe cuáles son las señas de este club. Con el tiempo se ha hecho uno de los líderes y capitanes del club líder del equipo a base de corazón, compañerismo, trabajo y ambición. Los madridistas estamos orgullosos de la entrega, lealtad y el juego de Sergio, un símbolo del madridismo y, sin duda, en uno de los mejores defensas de la historia del Real Madrid», enfatizó Florentino.

Respaldo a Toril

El dirigente también se dejó ver el domingo en el palco del estadio Alfredo Di Stéfano par presenciar el recital de Jesé y del Castilla ante el Racing (4-0). Un detalle con el que Florentino arropaba a Alberto Toril, el técnico del filial blanco y coordinador de entrenadores de la cantera criticado por Mourinho al entender que no mira por el primer equipo a la hora de confeccionar sus alineaciones y ubicar a los chavales en diferentes posiciones.

En este día especial en el que Ramos se emocionó al recordar que su familia siempre fue uno de sus grandes apoyos en los «momentos difíciles», el sevillano también se vio arropado por un nutrido grupo de compañeros de la plantilla, con Cristiano Ronaldo, su amigo Mesut Özil, Sami Khedira, Casillas, Pepe y el chaval Morata a la cabeza.

Esta importante presencia de figuras del club realizó más la 'baja' de José Mourinho, nada proclive a los actos oficiales. El portugués declinó estar en la presentación de la futura residencia de Valdebebas, con la justificación de que en ese momento debía preparar y concentrarse en un partido, y estuvo, pero de muy mala cara, en un compromiso promocional del club con una marca de vehículos.

El pasado 3 de octubre, Florentino debió intervenir para rebajar la tensión entre Ramos y Ramos, según fuentes del club, y auspiciar un encuentro para limar asperezas. Gracias a la mediación del dirigente, Ramos pidió disculpas al entrenador y a sus compañeros durante la charla previa al partido ante el Ajax. Florentino solicitó a Ramos que desmintiera públicamente cualquier desencuentro con Mourinho, dada la trascendencia del partido que se avecinaba ante el Barça en el Camp Nou.

Ramos reconoció en la 'cocina' blanca que se equivocó al ponerse la camiseta de Özil y protagonizar ante el Deportivo un acto que se interpretó como un desafió en toda regla al entrenador después de que 'Mou' sustituyese al alemán en el descanso y le abroncase en el vestuario. El sevillano reafirmó la autoridad del técnico horas después de recurrir a su cuenta en Twitter para dar un paso hacia la paz. «Mi relación con Mourinho es buena, honesta y clara. Respeto sus decisiones y es para mí el mejor entrenador». El luso había bromeado, no obstante, al afirmar que la relación con su mujer era mucho mejor que con este futbolista.