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La dama del 'sado ligero' seduce a los adolescentes

Una multitud de jóvenes guarda cola para obtener un libro dedicado de la autora de 'Cincuenta sombras de Grey'

MADRID Actualizado: Guardar
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"Nunca había visto tanta gente en una firma de libros. Sí, a músicos y cantantes, pero nunca a escritores". Quien así habla es una empleada de El Corte Inglés de la madrileña calle Goya, atónita por la cola que rodea los grandes almacenes para ver a la escritora de moda, E. L. James, autora de la trilogía 'Cincuenta sombras de Grey'.

Con un generoso escote, Erika Leomard, no defraudó a su público, mayoritariamente femenino y adolescente. Una legión de admiradoras desafió el tiempo desapacible de este 26 noviembre para que la 'dama del sado blando' estampara su rúbrica sobre los tres novelones que todas las entrevistadas califican de "adictivo".

Pese a ser hija de madre chilena, E. L. James se defiende mal con el español. Va despachando lectores a un ritmo veloz. A cada una -pocos son los varones que se acercan a la mesa- le dedica un 'gracias' y un 'hola' cordiales. Su castellano no da para más. Pese a la parquedad de su vocabulario, se muestra amable y gentil con sus fans, que a su llegada al centro comercial la recibieron con gritos y con teléfonos móviles en ristre para fotografiar a su heroína.

"En dos días me he leído el primero", dice Ana, que sostiene apretado contra su pecho un ejemplar de la novela firmado por James. Para la joven, el secreto del éxito de 'Cincuenta sombras de Grey' está en la combinación de amor y sexo, lo que hace los libros "muy excitantes".

A los quince minutos de iniciado el desfile de admiradores, Erika Leornard James no oculta un amago de disgusto por el asedio de los fotógrafos. Quiere mantener a raya a los periodistas gráficos y no tolera que se rompa esa suerte de cordón sanitario. Cuando ello ocurre, su asistente personal reprende al fotógrafo. "Ha venido a Madrid por los lectores, no por los periodistas. Aun así, no renuncia a complacer a su público". "Espero que hayáis disfrutado tanto de la trilogía como yo escribiéndola", dice a modo de presentación.

"Y esa, ¿quién es?", pregunta un jubilado poco avisado en materia de best sellers. "Una ama de casa que escribe", le contesta una trabajadora de los grandes almacenes.

Favores

En medio de la marabunta adolescente, llama la atención la presencia de una señora de edad avanzada. "Yo solo me he presentado aquí para hacerle un favor a mi nuera. Me deben de haber visto cara de pícara, porque todos los de las televisiones me preguntan", asegura Ascensión. Da fe de que a ella el erotismo, aunque sea ligero como de James, ya no le llama la atención. "A mi edad se me ha apagado todo".

"Me he leído sus libros tres veces. Eso sí, soy una lectora compulsiva. Otras veces me he tragado libros con erotismo, pero no con sexo tan explícito", dice Laura, una estudiante del grado superior de Hostelería. Su compañera, que cursa la licenciatura de Geología, también ha caído en la tela de araña urdida por James.

"Me da igual lo que diga la crítica. La trilogía te da alas, te da vidilla", dice una Diana eufórica por ver de cerca a su escritora favorita. "Tiene una trama de amor muy bonita. Yo me quedaría con el tercer libro, porque en él se resuelve todo la historia de amor. Llega a buen puerto. Una ampliación estaría muy bien, pero la autora lo ha dejado muy zanjado", explica.

No es primera vez que la fabuladora visita España. Lo novedoso es que la inventora de personajes como Anastasia Steele y el empresario de éxito Christian Grey llega a este país en el culmen de su fama. No en vano, ha vendido 40 millones de libros y está suscitando imitaciones que van rebufo de los amores tórridos creados por la británica.

Entre el tumulto de admiradoras, la presencia de varones resulta harto sorprendente. José Antonio, por ejemplo, no está aquí por gusto, sino por agradar a su novia, que le ha pedido que le acompañe para superar el rubor. No le interesa saber quién llevará al cine la historia de James. "No pienso ir al cine a verla", sostiene.