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Buscando(me) en la red

El narcisismo real tiene también su correspondencia en el mundo virtual, y la misma complacencia que unos muestran frente al espejo es la que reflejan ante la pantalla de un ordenador

MADRID Actualizado: Guardar
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Es tiempo de verano. El momento idóneo para que los adoradores de sí mismos luzcan en playas y piscinas para disfrute propio y envidia de los de alrededor.

Pero el narcisismo real tiene también su correspondencia en el mundo virtual, y la misma complacencia que unos muestran frente al espejo es la que reflejan ante la pantalla de un ordenador. Aunque, en Internet, el placer por mostrarse ante ante el mundo para deleite personal se dispara exponencialmente.

¿Quién no ha introducido su nombre en Google para saber cuántas veces sale reflejado en los incontables documentos que pululan por la red (seguro que muchos lo están haciendo al mismo tiempo que leen estas líneas)? Esa búsqueda con el afán del reconocimiento personal como objetivo responde al término de ‘egosurfing’, palabra que en los años 90 fue recogida por la revista Wired y que ya recoge el Diccionario Oxford, y que se ha consolidado como una tendencia habitual entre los internautas.

El número de referencias encontradas sobre un nombre concreto marca también la trascendencia e importancia que ese personaje puede tener. O, simplemente, su popularidad y fama puntual. Así, por ejemplo, la búsqueda de Barack Obama ofrece más de 274 millones de resultados sobre el presidente estadounidense, que se disparan por encima de los 400 si el objetivo de la consulta es la mayor estrella de la música pop actual, Lady Gaga. Más discretos son los trece millones y medio resultantes si el término es Mariano Rajoy o los dos millones de Belén Esteban, lejos de los 213 de la cantante colombiana Shakira.

Pese a la inevitable relación de este tipo de búsquedas con la autoafirmación personal, la popularización de Internet ha llevado a que el también llamado ‘vanity searching’ alcance un ámbito más profesional que tiene que ver con mantener una correcta reputación virtual ante posibles situaciones laborales.

De hecho, se ha convertido en habitual que los departamentos de recursos humanos de las empresas que pretenden incorporar a empleados rastreen por la red para conocer aspectos del perfil del candidato que se pueden ocultar en un currículo o en una entrevista personal. Por eso, el ‘egosurfista’ no solo se busca ya para su propia satisfacción sino que lo hace para, como haría cualquier deportista en un gimnasio, pulir su imagen –hay mil y un consejos en Internet para hacerlo– y mostrar su mejor versión posible.