CINE

La catarsis de Paco León

El actor dirige a su madre en una ópera prima hilarante, 'Carmina o Revienta'

MADRID Actualizado: Guardar
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El actor Paco León es un observador nato. Cuando se quita el antifaz de desparpajo con el que encara cada personaje, su timidez aflora y le otorga un papel de espectador privilegiado. Emana una sencillez tranquilizdora, casi familiar, mientras mueve rápido y en todas direcciones dos ojos curiosos, inquisitivos y de un azul intenso. Una cualidad que le permite mirar y, más aún, ver la realidad que ahora refleja en su ópera prima como director, 'Carmina o revienta', una película en clave de falso documental que cuenta la aventura de Carmina Barrios -madre del propio director y protagonista de la cinta-, una mujer de barrio que, tras sufrir una serie de robos en el bar que regenta, trama un plan para sacar adelante a su familia. Todo ello aderezado con inolvidables reflexiones sobre la vida, la muerte o su propia gordura.

El «experimento» de León, el popular 'Luisma' de la serie 'Aída' y productor de espectáculos teatrales como 'The Hole', ha dado como resultado un producto inclasificable, un despliegue de humor descarnado con una inteligente mezcla entre realidad y ficción que hizo reventar de risa a los espectadores del Festival de Málaga. De allí salió triunfante con tres premios (mejor actriz, premio del público y mención especial del jurado) y del brazo de su hermana, la también actriz María León -que tiene un papel en la cinta-, y su madre, ya coronada como la nueva heroína del cine español.

Aunque no participa como actor, el sevillano ha esquivado el pudor de los trabajos autobiográficos blindándose con «la coartada de la ficción». «Soy experto en eso como actor. De hecho mi vocación viene por ahí, soy bastante tímido y pudoroso con mi intimidad pero actuando tengo la excusa. Además, mi madre tampoco es la Carmina de la película, ni esa familia es la mía, aunque se parezca mucho», explica divertido el sevillano.

El proyecto encierra algo de terapia, una suerte de catarsis para la que «hay que estar muy en paz con uno mismo y con sus raíces porque es un material muy cercano», aunque, asegura «no hay ningún trauma que superar». León se reencuentra así con el primer papel que le asignó la vida como 'hijo de la Carmina'. «Es un viaje muy natural. Cuando eres adolescente odias a tus padres, no quieres ser como ellos y cuando te vas haciendo mayor te das cuenta de que te pareces más de lo que te gustaría. Reconciliarte con esa parte es sano y necesario», reflexiona el actor, de 37 años.

La trama, estructurada a base de monólogos y flashbacks, ha supuesto el reto más arduo como cineasta. «Tenía claro que la película debía comenzar como una especie de documental y que el final se cerrara de forma súbita, englobándolo todo». Con esa premisa, León decidió comenzar por la última escena, a la manera de 'Sospechosos habituales', para articular después toda la cinta.

Autenticidad

La apuesta, arriesgada, ha dado sin embargo en el clavo. «Estoy súper contento porque he hecho lo que me ha dado la gana y el público va, y me lo agradece», asegura el actor, que atribuye la buena acogida en Málaga al hartazgo del público. «Mi madre dice que la gente está cansada ya de tonterías de niñas monas. La clave de esta película está en que tiene algo muy auténtico, muy de verdad, y eso la gente lo valora».

La apuesta de León no se reduce a la producción. A la hora de exhibir la cinta, el actor se lanza con una fórmula atípica, el estreno simultáneo en salas de cine, Internet y deuvedé el 5 de julio. No quiere dar lecciones a nadie, pero aboga por revisar las convenciones instaladas en la industria cinematográfica. Tampoco comulga con la percepción de la Red como futuro -que no presente- del presidente de la Academia de Cine, Enrique González Macho. Para León, es muy significativo que el momento de mayor esplendor en el consumo audiovisual coincida con la mayor crisis en la industria cinematográfica. «Internet es una realidad, un presente y hay que contar con ello para mejorar la situación del cine». El intérprete sevillano apuesta por compaginar los diferentes formatos. «Hay que dar al consumidor la oportunidad de ver el estreno de una película en el soporte que quiera, o en el que pueda por su capacidad económica». De esta manera, plantea una alternativa que, al menos, merece la pena probar. «Si sale bien, puede servir para ver por donde van los tiros y quitar los miedos lógicos de los exhibidores, que se sienten invadidos por Internet». Y vislumbra una posible salida para el cine español. «Sueño con un futuro ideal donde las películas puedan convivir pacíficamente y haya espectadores para todos los formatos».