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Los ángeles llevan espadas para alejar a Satanás

El fenómeno editorial 'El cielo es real', en el que un niño cuenta su viaje de ida y vuelta al más allá, llega a España

MADRID Actualizado: Guardar
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Colton tiene trece años. Vive con su familia, los Burpo, en un pequeño pueblo de Nebraska que no llega a contar ni los 2.000 habitantes. La localidad en cuestión se llama Imperial y este adolescente se ha encargado, con ayuda divina, de ponerlo en el mapa. Su historia, plasmada hoy en éxito editorial, comienza en el verano de 2003. Tenía entonces cuatro años y un resfriado que parecía no querer irse. No era tal, sino una apendicitis aguda. Los médicos pusieron a los Burpo en lo peor. Operación de urgencia. Pocas esperanza. Dos semanas entre la vida y la muerte. Y Colton subió al cielo. Él mismo se lo contó a sus atónitos padres primero y más tarde al mundo entero. El viaje de Colton fue de ida y vuelta. Y su relato, narrado por su padre, Todd, y escrito con la colaboración de Lynn Vincent, parece estar tocado por los ángeles, ya que ha prendado a más de seis millones de personas. Y acaba de llegar a España.

Quien decida adentrarse en las 208 páginas de 'El cielo es real' ha de saber que se encontrará con una historia sencilla, hechos vividos, sostiene Colton. Que nadie espere descubrir a qué saben las nubes. ¿Fantasía o realidad? Eso es cuestión de fe. Sus padres, Sonja (gerente de oficina en Moreland Realty) y Todd (pastor de la Iglesia Crossroads Wesleyan, bombero voluntario y entrenador de lucha libre), fueron quienes animaron a plasmar en papel su historia, la de un cielo en el que no se envejece, en el que Jesús te recibe con una sonrisa, en la que Dios está sentado en una gran silla, en la que, sí, por raro que parezca, hay espadas y Colton lo explica: «Satanás todavía no está en el infierno. `Los ángeles llevan espadas para mantener a Satanás alejado del cielo!».

La experiencia de Colton sigue ganando adeptos. Su sosiego y su mensaje de esperanza deja una sensación tan reconfortante, dicen, que empuja al boca a boca. Él, mientras le llegue la hora de volver, sigue pregonando las mil maravillas de su paso por el cielo. «¿Ves eso?, le pregunté. Colton lamió su helado y siguió mi dedo con la mirada. Es un conejo que intentó cruzar la calle, pero no lo logró. `Eso es lo que te puede pasar a ti si sales corriendo y el conductor de un automóvil no te ve! No solo pueden lastimarte, `puedes morir! Colton levantó la vista hacia mí y me sonrió por encima de su helado. `Qué bien! `Eso significa que podré regresar al cielo!, contestó entusiasmado». Qué mejor ejemplo que unas cuantas frases de 'El cielo es real' para que el lector sepa con qué se va a encontrar.

Ah, y advertencia, buceando por las páginas se descubrirá que no todos tienen/tenemos asegurada la eternidad en el cielo. Colton lo cuenta.