ANÁLISIS

Obama se despide de Afganistán

En lo que parece un viaje de despedida, el presidente se presentó por sorpresa en Kabul y llegó a Bagram con un horario que ahorra comentarios

MADRID Actualizado: Guardar
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En lo que parece un viaje de despedida, el presidente Obama se presentó por sorpresa en Kabul y llegó a Bagram con un horario que ahorra comentarios: hizo trasnochar a la administración afgana pero pudo dejarse ver por el público norteamericano en la hora de los telediarios.

El viaje está a medias entre su obligación como presidente y comandante en jefe y sus deberes como un candidato disciplinado a la reelección. Sea como fuere, y salvo sorpresa, el presidente se ha despedido del trágico expediente afgano porque el acuerdo firmado con el presidente Karzai confirma fechas concretas para la evacuación de las tropas y solo deja abierta teóricamente la posibilidad de reenviarlas.

La versión afgana de lo que la jerga oficial llama “SOFA” (Status of Forces Agreement”) es principalmente obra del embajador en Kabul, Ryan Crocker, gran figura de la diplomacia USA en la región, ex-embajador en Líbano, Kuwait, Siria, Pakistán e Iraq y que solo desea que se le permita retirarse de una vez del servicio activo. Su base es una transferencia masiva y completa al ejército y a policía afganos de las tareas de seguridad y asume que, además de un explícito llamamiento del gobierno de Kabul, necesitará la luz verde del parlamento americano para toda nueva intervención y todo nuevo gasto de dinero.

Pensando en noviembre

La decisión de viajar fue tomada, sin duda, cuando todavía está relativamente lejos la elección presidencial, pero sin obviar su dimensión propagandística: el comandante en jefe quería mostrar sobre el terreno la gratitud a las tropas, enviar un mensaje a sus familias… y celebrar el primer aniversario de la muerte de Bin Laden. De la base aérea (y prisión célebre) de Bagram salió el comando que mató al jefe terrorista el año pasado, cuando la popularidad marcó su punto más alto.

Elegante y buen profesional, el presidente solo mencionó el hecho una vez, y dejó lo esencial de su discurso en un hangar y rodeado por los soldados libres de servicio para el sacrificio y el valor de la tropa y la decisión de su gobierno de dar al pueblo afgano un mañana mejor… pero reconoció, con una claridad sin precedentes, que mi gobierno ha estado en contacto directo con los talibanes (….) con más precisión con la que la misma prensa se ha referido a encuentros más o menos claros, sobre todo en Doha (Qatar) desde hace un par de meses.

Esto significa que Washington asume, con realismo y naturalidad, que en el futuro del país hay un papel para los talibanes, que no han sido derrotados militarmente sobre el terreno. De hecho, solo cinco horas después de la visita ataques audaces en Kabul a cargo de la guerrilla causaron seis muertos y seguían los tiroteos en el momento de escribir estas líneas.

El principio del fin

El dossier afgano, en su vertiente política y doméstica sobre todo, ha estado a cargo del vicepresidente Biden, artesano final de la decisión tomada en otoño de 2010 de preparar un calendario de retirada por etapas en coordinación con los aliados. Entre tanto, socios seguros y antiguos, como Australia, Alemania o Francia han anunciado adelantos de su repliegue, otros como Canadá u Holanda, ya lo han hecho y todo el énfasis es para la asistencia material, no para el mantenimiento de tropas.

Con todo, la retirada final del último soldado americano solo tendrá lugar en la nochevieja de 2014 y nadie ha discutido a fondo en el Capitolio esa decisión, vista la impopularidad creciente de la misión que creció con la muerte de Bin Laden, percibida como un éxito y una reparación nacional que hacía poco explicable la prosecución, en un contexto de dificultades económicas, de una guerra imposible de ganar convencionalmente.

Buen profesional, Obama ha jugado con el viaje otra baza y con un ojo puesto en el público y en el Congreso, se llevó consigo al senador Carl Levin, un peso pesado y jefe del poderoso comité de Servicios Armados del Senado. Un mensaje de que no obra por libre… y también envió un mensaje a los aliados: cuando lleguen a Chicago el día veinte para la cumbre de la OTAN todo estará dispuesto en Kabul.

Kabul, allí donde ayer sonaron de nuevo los disparos de una insurgencia que combate en la capital, negocia en Qatar y espera la confirmada evacuación de la coalición militar de extranjeros… Casi el punto final.