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El Valencia incendia la Liga

En un choque espectacular de los semifinalistas europeos, el portero evitó la victoria de un gran Real Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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En un espectacular partido de ida y vuelta que sorprendentemente acabó sin goles, el Valencia se encargó de incendiar la Liga con un empate que deja al Madrid con solo cuatro puntos de ventaja sobre el Barça. En un choque vibrante, con un continuo intercambio de golpes, tres balones a los palos, dos de ellos del Valencia, y prodigiosas intervenciones de los porteros, el líder fue incapaz de superar a un rival de ‘Champions’ notable en defensa al que le faltó acierto en el remate. Y le sobró Casillas, salvador en la recta final, al igual que Guatia evitó un triunfo que el Madrid peleó hasta el último minuto. La suerte se balanceó a lo largo de todo un partidazo que cuando agonizaba abandonó de forma definitiva a los blancos. El choque fue enorme, de infarto y, aunque no hubo un vencedor, ambos lo merecieron, y el que ganó fue el fútbol. El Bernabéu sufrió y rezó como nunca, pero asistió a una locura descomunal, a un encuentro memorable que puede ser decisivo para la resolución del título.

El Madrid acabó extenuado en uno de los mejores choques de la temporada. Jugado de poder a poder. Sin especulaciones. Con la vista puesta en la portería contraria. Mourinho alineó a su tridente goleador, pero paradójicamente, tuvo escasa profundidad y se quedó sin ver puerta. Emery, que planteó una muralla defensiva y apostó por el contragolpe, con la sorpresa de Soldado en el banquillo, volvió a ganar crédito gracias al fantástico partido de su equipo. El Madrid jugó bien, pero el Valencia estuvo aún mejor, aunque al igual que tuvo muchas ocasiones para ganar, al final salió vivo casi de milagro. Sin centro del campo, con el balón de área al área, cuesta creer que el Madrid que siempre destaca por su pegada y camina hacia el récord goleador se quedase sin marcar. Lo impidió Guaita, que complica la Liga a los blancos, despedidos con una ovación por unos aficionados entregados que, pese al empate, también premiaron al Valencia. Por supuesto, no podía faltar que se reclamase un penalti por un agarrón a Cristiano de los que nunca se pitan.

El hombre que revolucionó al Madrid fue Di María, porque ante la falta de llegada y de chispa del líder, el argentino al menos aportó tras el descanso desborde por la derecha, aunque el que realmente mejoró en el segundo tiempo fue el Valencia, que comenzó a creérselo y a dar un paso al frente, mientras el Madrid entraba en estado de ansiedad, agravado por un trallazo de Tino Costa a la cruceta que sacudió el Bernabéu y amplió la tensión sobre el terreno de juego. El choque se calentó y empezaron a aparecer el juego sucio. Incluso Pepe le dio una patada en la rodilla a Arbeloa después de que el portugués exagerase con una entrada. El Madrid estaba entonces descompuesto, y el Valencia crecido.

El toma y daca continuó, pero el que metía más miedo cuando atacaba era el Valencia, que se mantenía firme atrás. Al Madrid se le acaba el tiempo y comenzó a mover el balón con más velocidad, pero escaseaban los espacios. Ni siquiera encontraba una vía Cristiano, negado otra vez a balón parado. El Valencia combinaba solidez defensiva y contragolpe, al contrario que el Madrid, que temblaba cuando había que contener y no tenía precisión en el juego directo. El choque seguía partido, sin centro del campo, y con el Madrid revolucionado, impotente para derribar el muro valencianista. Emery hizo dos cambios a la vez para potenciar las bandas. Mourinho, en cambio, tardó en reaccionar, porque confiaba en alguna contra de los suyos. La tuvo Cristiano, pero Víctor Ruiz pisó al portugués fuera del área cuando enfilaba hacia Guaita. Poco después Mathieu y Aduriz pudieron poner patas arriba el Bernabéu, pero fallaron en el disparo. Posteriormente fueron Guaita y Casillas quienes dieron un punto a cada equipo. De locos. Increíble al ver las múltiples ocasiones de los semifinalistas europeos.