baloncesto | euroliga femenina

El Ros Casares, campeón en Estambul

En la final española, el Rivas Ecópolis no pudo con el gran favorito, que impuso su ley en el último cuarto

ESTAMBUL (TURQUÍA) Actualizado: Guardar
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A la tercera fue la vencida para el Ros Casares , que no se dejó sorprender por el Rivas Ecópolis y por fin se proclamó campeón de Europa. En la primera final española de la historia en la Euroliga, el equipo valenciano impuso su ley y se resarció así de los títulos perdidos en 2007 y 2010 frente al Spartak de Moscú. El Rivas, la revelación de la 'final a ocho', no pudo en el momento de la verdad con el gran favorito a la corona, que impuso su ley en el último cuarto.

El predecesor del Ros Casares , el Dorna Godella, sí se proclamó campeón continental dos años consecutivos, en 1992 y 1993, pero con la actual denominación este equipo nunca había conseguido subir a lo más alto del podio en la máxima competición. Las valencianas suceden en el palmarés al Perfumerías Avenida de Salamanca, que el pasado año superó al Spartak. El Ros Casares perseguía esta corona desde hace más de una década y en Estambul, tras conseguir vengarse del equipo ruso y llegar crecido al partido decisivo, solo encontró verdadera oposición del Rivas durante 25 minutos.

El Ros Casares , dirigido por Roberto Íñiguez y liderado por la tripleta formada por Silvia Domínguez, Sancho Lyttle y Ann Wauters, acabó arrollando a un conjunto madrileño demasiado limitado, que pagó el esfuerzo físico en los últimos minutos y no pudo sobrevivir solo con Asjha Jones. La fantásica defensa del equipo valenciano resultó clave desde mediados del tercer cuarto. El Rivas Ecópolis se mostró entonces incapaz de superar la muralla levantina. Tras muchos momentos de incertidumbre en un choque en principio muy equilibrado, cuando se hizo fuerte atrás el Ros anuló por completo la ofensiva del Rivas. Amaya Valdemoro apenas pudo aportar, y mientras el Rivas se hundía, el Ros Casares se sacudió los nervios para sentenciar un choque en el que las madrileñas, muy inferiores, fueron valientes. Sin embargo, con la calidad, la altura, y la multitud de recursos del Ros, el título no se le podía escapar al principal aspirante.