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El ‘Pájaro’ gana de oído

Méliz, Abad, Macías y Beitia se metieron en la final en una jornada en la que Ángel David Rodríguez logró el mejor tiempo en los 60.

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Los hombres más veloces del Mundial de Estambul tuvieron que agudizar el oído en las series. El más fino fue el de Ángel David Rodríguez, que corrió bien, pero, sobre todo, se aprovechó de un problema en la acústica del Otakay Arena que sembró estas eliminatorias de nulas y reacciones lentísimas. El español enganchó una buena salida, ganó su serie por delante del favorito, el jamaicano Nesta Caster, a quien ya derrotó en el Mundial de Doha, en 2010, y firmó el mejor tiempo global junto al británico Dwain Chambers: 6.64.

El ‘Pájaro’, como se le conoce en los círculos atléticos, explicó después que el sonido del disparo era muy bajo y que algunos splo escuchaban el eco. El caso es que pescó en río revuelto y salió de la pista henchido de moral. El madrileño, viendo por primera vez a sus contrincantes desde arriba, se permite soñar con un sábado histórico en el que perseguirá un doble propósito: ser el primer español en la final del sprint de un Mundial y batir el récord nacional que Venancio José Murcia fijó en 6.58 hace once años.

El otro velocista español, Mark Ujakpor, tuvo un papel más que digno en los 400. Por la mañana se clasificó por tiempos y en las semifinales de la tarde concluyó su participación con un meritorio tercer puesto en su cuarta carrera por debajo de los 47 segundos (46.98).

Fue una jornada favorable atendiendo al pobre arsenal de España en estos Campeonatos del Mundo. Isabel Macías proyectó una gran imagen en las semifinales de los 1.500. La aragonesa, que lleva un año y medio impecable, resolvió con brillantez, con soltura, y hasta con suerte, cuando, en la recta, su rival le abrió el paso por la cuerda y le permitió entrar segunda (4:11.53) por detrás de la pequeña Dibaba (Genzebe). En la final masculina estará Javi Abad (sexto con 3:40.55), un novato en estas citas con cabeza de veterano, como demostró al explicar que sabía que los que iban tirando tenían una marca similar a la suya y acabarían cayendo. Todo lo contrario que David Bustos, eliminado.

Méliz, con opciones

Tampoco falló Ruth Beitia, quien se clasificó para su sexta final de un Mundial ‘indoor’. La santanderina realizó un concurso impoluto hasta la altura definitiva, los 1,95 que no superó. Y eso, superar a la primera las alturas anteriores, le permitió estar una vez más entre las ocho mejores del mundo. Beitia está rápida y fuerte, pero no logra trasladarlo a la batida.

Pero el gran momento de la jornada inaugural lo protagonizó Luis Felipe Méliz. Cuando todos esperaban a Eusebio Cáceres, llegó el cubano nacionalizado y en el primer salto logró un 8,10 que le propulsó directamente hasta la final. El alicantino, en cambio, completó una mala calificación (7,37-7,71-7,67) que le dejó a 18 centímetros de la final. Méliz, de golpe, se ve con opciones de luchar por las medallas, pues solo le superó Mauro da Silva, que batió el récord de Brasil con la mejor marca mundial del año (8,28).

Los dos sevillanos del 800, Antonio Reina y Luis Alberto Marco, entraron en las semifinales de forma muy distinta. El plusmarquista español lo hizo con suficiencia, entrando primero (1:50.02) al lado del gran favorito, el polaco Adam Kszczot, mientras que su compañero se clasificó por tiempos después de correr con torpeza y acabar cuarto (1:50.13).