El Atlético cumple sin sobresaltos

El Atlético está desconocido. Un equipo acostumbrado a complicarse la vida más allá de los límites de la ficción parece asentado en la serenidad y la confianza. Recibieron la visita de la Lazio con la prudencia habitual y le despidieron con la portería a cero -otra vez- y una nueva victoria.

Se cumplió el guion del camino fácil tras la ventaja de la ida y con los romanos más atentos a sus problemas internos con un entrenador dimitido forzado a mantenerse en el cargo hasta el viernes. Incluso Simeone se permitió el lujo de reservar a Falcao en el banquillo. Pero como hombre práctico que es el argentino, no se olvidó de apuntalar su defensa con cuatro hombres con vocación de defensa central: Perea, Godín, Miranda y Álvaro Domínguez. A partir de ese muro en la primera fila el Atlético disfrutó de cierta libertad y ensayó sus contragolpes sin que Salvio acertara a anotar en el día de oportunidades.

La calma definitiva apareció a la hora de juego cuando Godín superó a su renqueante defensor para cabecear un saque de esquina lanzado por Gabi. El gol acabó con la supuesta actitud de remontada de los italianos y relajó a los rojiblancos hasta el punto de disfrutar de ciertos momentos para el recreo.

Cuando Simeone reservó al inspirado Adrián López y después saltó Sílvio al campo –tras más de dos meses de recuperación- todos captaron el mensaje. Desgraciadamente para los 'colchoneros' el final despreocupado se torció como el pie de Salvio, quien terminó el partido lesionado.

Con esta victoria el Atlético alcanza los octavos de final. Disputará el encuentro de ida ante el Besiktas en el estadio Vicente Calderón, el próximo 8 de marzo, y la vuelta una semana más tarde en Turquía.