MOVILIZACIONES EN MADRID

«Y ahora, a tomar cervezas»

Tras el acto y al son de La internacional los manifestantes rompieron filas y se fueron a los bares

MADRID Actualizado: Guardar
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La manifestación de Madrid sirvió a los sindicatos para exhibir su músculo de cara al tira y afloja que esperan mantener con el Gobierno mientras dure la tramitación de la reforma laboral. La marcha fue de hecho multitudinaria, pero a pesar del buen tiempo estuvo muy lejos de otras protestas históricas como la de la guerra de Irak. Tampoco destacó por su colorido. Pocos gritos para tantas personas y, más que enfado y voluntad de lucha, entre los participantes se respiraba un ambiente de resignación.

Abrió la marcha una furgoneta cuyos ocupantes se encargaron de encender la mecha de la protesta cada vez que se hacía el silencio en la cabecera. Por sus altavoces se oyeron consignas como «Un, dos, tres, si no nos hacen caso volveremos otra vez» y «Rajoy, escucha, el pueblo está en la lucha».

Las consignas fueron escasas y no demasiado imaginativas. Sólo cuando la manifestación enfiló la recta final del recorrido y los asistentes se encontraron a la entrada de la Puerta del Sol, flanqueados a la derecha por el Ministerio de Hacienda y a la izquierda por la sede del Banco Santander, algunos manifestantes se desgañitaron con gritos de «Esto nos pasa por un Gobierno facha». En la puerta de la primera entidad financiera española alguien había colocado un cartel en el que podía leerse:«Dictadura de bancos no. Su botín, mi crisis».

El ingenio sí estuvo presente en los carteles que portaban los asistentes. «No podemos apretarnos el cinturón y bajarnos los pantalones al mismo tiempo», «Me sobra mes al final del sueldo», rezaban algunos de los más llamativos.

Otros letreros de tono más serio decían:_«Si no hay pan para el obrero, no habrá paz para el patrono», «No falta dinero, sobran ladrones» y «Guantánamo laboral, no». El ambiente más festivo lo pusieron los miembros del movimiento 15-M que acudieron disfrazados, además de un grupo de jóvenes que, por delante de la cabecera, cantaban a gritos La Internacional y prometían convertir algún día la Tierra en un paraíso patria de la humanidad.

Ya en la Puerta del Sol los asistentes interrumpieron varias veces a las dos jóvenes que leyeron el manifiesto con gritos de «Huelga, huelga» y poco más. Al término del acto tomó la palabra el secretario de Organización de CC OO, Francisco Cruz, quien emplazó a los participantes en estos términos: «Ahora, sin más preámbulos, a tomar cervezas, a vivir y a prepararnos para las movilizaciones del día 29». Y de nuevo al son de La Internacional los presentes rompieron filas y (muchos) se fueron a los bares.