Retrato de Mao Tse Tung de Warhol. / Rubell
EXPOSICIÓN

El arte que come arte

La excepcional colección Rubell se presenta en Europa de la mano de la Fundación Santander

MADRID Actualizado: Guardar
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El arte se alimenta de arte. Por más que cada generación de artistas se afane en ‘matar al padre’, acabará creando sobre las cenizas de sus antecesores. Buena prueba es la colección Rubell, que llega por primera vez a Europa de la mano de la Fundación Santander. Con más de seis mil piezas, es una de la mejores del mundo de arte contemporáneo en manos privadas. Las de Don y Mera Rubell y sus hijos, que llevan casi medio siglo comprando piezas a artistas cuando inician su escalda hacia la cima. Para su presentación en Europa, estos enamorados de la tradición española, que saltan de la escalerilla de avión al Prado cada vez que aterrizan en Madrid, han decidido traer casi exclusivamente pintura. Son 68 obras de 36 artistas de veinte nacionalidades –hay cinco vídeos y una escultura- en las que se percibe la impronta de Zurbarán, El Greco, Goya o Picasso en creadores consagrados a finales del siglo XX y principios del XXI.

Andy Warhol, Keith Haring, John Baldessari, Elizabeth Peyton o Hernan Bas son algunos de los creadores de la selección ‘española’ del matrimonio Rubell. Es una ocasión única para disfrutar de esta excepcional colección, hasta mediados de junio en las salas de la Fundación Santander en la Ciudad Financiera de Boadilla, a una veintena de kilómetros de Madrid.

Don y Mera se conocieron a mediados de los sesenta en Nueva York. Vivían en un barrio bohemio rodeados de artistas principiantes a los que fueron comprando obra. Su primera inversión fueron los 25 dólares pagados por una fotografía de Cindy Shernam. Los entonces desconocidos Richard Prince y Jeff Koons están también entre sus compras pioneras. El éxito de los negocios de la familia de Don -propietaria de la discoteca Studio 54 de Nueva York- les permitiría enriquecer esta vasta colección con sede en Miami y un valor incalculable.

Iconos

Traen a España algunos de los hitos de la colección, como la interpretación de Andy Warhol de la foto oficial de Mao de 1973. Un icono que se expone flanqueado por dos piezas también icónicas de Keith Haring, los retratos de Marilyn Monroe y Elvis Presley, y el retrato del joven Lincoln de Elizabeth Peyton. Los Rubell compraron al malogrado Haring su primera y su última obra. También son tempranos descubridores de talentos españoles, como el fallecido Juan Muñoz, su esposa Cristina Iglesias o José María Sicilia, de quienes adquirieron piezas en sus primeras visitas a Arco.

Más allá de los hitos del pop y en un abanico de 1973 a 2010, ‘Pinturas’ incluye obras de de los japoneses Takashi Murakimi o Yoshitomo Nara, del alemán Neo Rauch, los estadounidenses Julian Schnabel y Fay Jackson, o del belga Luc Tyumans. Del chino Zhang Huan se exhiben ‘Diario’ y ‘Ceremonia del corte de cinta’, cuadros elaborados con la ceniza del incienso quemado en los templos budistas y que recrean fotos oficiales de la época comunista china.

“Los artistas son al tiempo chamanes y espejos de la sociedad, sus visionarios y sus críticos” dicen estos enamorados y asiduos del Prado a quien les resulta muy difícil “nombrar las veces que un artista ha cambiado nuestra manera de percibir el mundo”. “Cuando preguntamos a artistas jóvenes, su referente es Warhol; entre los más veteranos, Velázquez” enuncian los Rubell.

Goyesco

El ausente Francisco de Goya juega un papel destacado en la muestra. Terror, ignorancia y belleza grotesca son temas goyescos que retoman artistas de hoy que comparten gusto y fijación por esa estética perturbadora y extraña: Borremans, Francesco Clemente, Neo Rauch, Thomas Zipp o Cecily Brown, que pinta unos falos que se ciernen sobre una mujer desnuda que dormita, en una alusión profunda al último Goya.

John Baldessari se adueña de ‘Los desastres de la guerra’ en su ‘Serie Goya: Lo mismo en otras partes’. Marlene Dumas también homenajea al genio de Fuendetodos con su figura ahorcada ‘Imaginario 2’.

Hay un ‘Cristo’ de Luc Tuymans, que para el director de la colección Rubell, Juan Roselione-Valadez, remiten a Murillo, Alonso Cano y Zurbarán. “Actualiza la monumentalidad austera y estática de los retratos de santos y monjes que pintó Francisco de Zurbarán en el siglo XVII” apunta.

Hay homenajes explícitos a El Greco en la pintura de Hernan Bas ‘La inmaculada lactancia de san Bernardo’, y a Picasso en la de George Condo, que incluye el caballo del ‘Guernica’ en ‘La explosionde K-9’

Fundada en 1994, la Contemporary Arts Foundation preserva, archiva y presenta las obras de la colección de la familia Rubell (www.rfc.museum) creada en 1964 en Nueva York, tras el matrimonio de Don y Mera Rubell, y engrosada por sus hijos Jason y Jennifer . El patrimonio familiar creció exponencialmente cuando la familia heredó los bienes de Steve Rubell, hermano de Don, y dueño de la famosa discoteca Studio 54.

“En 45 años el presente ha sido siempre nuestra mayor inspiración” dicen los Rubell, dispuestos “a abrir nuestros brazos a lo que es nuevo o parece nuevo y situarlo en un contexto histórico del arte que podemos identificar”. “Con el tiempo –resumen- emerge una nueva generación que crea un ‘ahora’ para sí misma, que coexiste con el ‘ahora’ de las generaciones anteriores”.