enero de 1966

Palomares, un baño para la historia

La localidad almeriense se hizo célebre después de que dos aviones de EE UU colisionaran y dejaran caer a tierra cuatro proyectiles con carga nuclear que liberaron plutonio en la zona

MADRID Actualizado: Guardar
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Un choque aéreo entre dos aviones militares estadounidenses situaba mundialmente en el mapa a la localidad almeriense de Palomares. El 17 de enero de 1966, un bombardero B-52 cargado con armas nucleares colisionó, mientras repostaba en el aire, con la nave nodriza que le suministraba el combustible. En el momento del accidente, en el que siete tripulantes de los aviones resultaron muertos y cuatro lograron saltar en paracaídas, el bombardero perdió cuatro bombas atómicas de las que tres impactaron contra terrenos del pequeño pueblo de Palomares y otra en el cercano Mar Mediterráneo.

Ninguna de las cuatro bombas llegó a explotar, pero dos de ellas sí que liberaron plutonio contaminando la zona. Las tres bombas que cayeron en tierra fueron localizadas en cuestión de horas, pero tardaron cerca de 80 días para localizar la perdida en el mar. Fue un pescador, Francisco Simó, -desde entonces conocido como 'Paco el de la bomba'-, quien con su intuición puso en el rastro del artefacto letal a los especialistas estadounidenses apareciendo finalmente a cinco millas de la costa.

Para acallar con los rumores sobre la supuesta peligrosidad de la zona Manuel Fraga Iribarne, ministro de Información y Turismo del gobierno franquista, se bañó ante las cámaras junto al embajador estadounidense en la zona en la que había caído uno de los proyectiles dejando para la posteridad una de las imágenes más recordadas de la época.

Veinte años más tarde los científicos confirmaron que Palomares era la zona del planeta con mayor contaminación de plutonio.