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El Barça arranca en Hospitalet la Copa más maltratada

Con Messi en Argentina y tras rogar a Del Bosque, Guardiola podrá alinear un once competitivo un mes antes de que se jueguen el resto de partidos en fechas reservadas para el Mundial de clubes

BARCELONA Actualizado: Guardar
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Cuando en Ponferrada, Miranda de Ebro, Lepe o Cádiz vean que los 1/16 de final de la Copa del Rey ya se están disputando, algunos pensarán que se han despistado y que se han quedado sin entrada para animar a sus equipos de Segunda División B contra Real Madrid (Ponferradina), Villarreal (Mirandés), Sevilla (San Roque) y Valencia (Cádiz), por poner cuatro ejemplos. Pero pueden estar tranquilos, todavía tienen más de un mes de tiempo para adquirir sus localidades para el encuentro de ida, programado para el 13 de diciembre. Lo que ocurre en esta competición tan maltratada históricamente por los clubes y por la propia Federación Española de Fútbol (RFEF) es que el Hospitalet, segundo clasificado de Grupo III de la 2ª B, recibe ya al Barça (22,00 horas, La Sexta) debido a que el conjunto azulgrana tiene que disputar el Mundial de clubs en las fechas reservadas inicialmente.

Y para más despropósitos, en este miércoles 9 de noviembre Pep Guardiola corría el riesgo de incumplir el reglamento, que indica que como mínimo se deben alinear a siete jugadores con ficha del primer equipo en el once inicial. Los compromisos, aunque amistosos, de la distintas selecciones (España juega en Inglaterra el sábado y el martes en Costa Rica) amenazaban con dejar al actual subcampeón en cuadro, un caso agravado por la llamada de hasta seis jugadores para la Sub 21, que sí tiene citas oficiales: Thiago, Montoya, Cuenca, Bartra, Muniesa y Planas. Los cinco primeros ya han debutado en el primer equipo culé. Al final se impuso el sentido común y Del Bosque permitió que sus ocho internacionales citados (Valdés, Puyol, Piqué, Xavi, Iniesta, Villa, Cesc y Sergio Busquets) se incorporaran el jueves, algo que también lograron Keita (Mali) y Abidal (Francia) tras hablar con sus dirigentes.

Así las cosas, 'solo' faltarán los argentinos Messi y Mascherano, que darán la vuelta al mundo para jugar ante Bolivia y Colombia; los brasileños Alves y Adriano, que tienen un amistoso exótico en Gabón; el chileno Alexis, que recién recuperado de su lesión se va a enfrentar a Uruguay en un pulso muy exigente; y los lesionados Pedro y Afellay, además del citado Thiago. Para completar la lista de 18, el técnico de Santpedor se ha visto obligado a reclutar a Deulofeu, Jonathan dos Santos, Sergi Roberto, Tello y Rafinha, hermano de Thiago. Los dos últimos todavía no se han estrenado con los mayores.

En este caos compartido por el calendario nacional e internacional, acaba recibiendo el equipo que más ha relanzado la popularidad de la Copa del Rey en los últimos años. Tras más de una década en la que solo importaba la final, y gracias, la llegada de Guardiola al banquillo azulgrana en 2008 transmitió ambición deportiva a su club, que quiso reconquistar un título importante. Y no solo lo logró en la 2008-09 para encadenar un triplete, sino que Messi lloró en el vestuario del Sánchez Pizjuán al caer eliminado en octavos de final de la temporada 2009-10 ante el Sevilla meses antes de que el Real Madrid levantara el trofeo ante el propio Barça en Mestalla en la última edición, señal de que el conjunto culé había contagiado al merengue su idea de dar importancia a la competición. Todo suma en un palmarés.

Si se tratase de una eliminatoria a partido único, como sucedía hace unos años, el Barça podría sufrir en el Municipal de la Feixa Llarga de L'Hospitalet de Llobregat, localidad limítrofe a Barcelona tanto que el estadio está separado del Camp Nou por escasas estaciones de metro. No será un problema el desplazamiento, pero sí el escenario, de césped artificial. Sin embargo, con un partido de vuelta en diciembre, "muy mal tiene que hace las cosas el Barça para que le eliminemos", como dice Jordi Vinyals, técnico del conjunto ribereño, quien, pese a todo, no olvida el 'Alcorconazo' que vivió el Madrid no hace tanto por si pudiera repetirlo.