La líder de UPyD y candidata a la Presidencia del Gobierno, Rosa Díez. / Efe
ELECCIONES

Los otros del 20-N

Una decena de siglas distintas a PP y PSOE tiene buenas perspectivas electorales, con una subida de 10 ó 15 escaños en el Congreso respecto a 2008

MADRID Actualizado: Guardar
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La atención de la mayoría de los medios de comunicación ante las elecciones generales se concentra en dos siglas, PSOE y PP, porque son los dos únicos partidos que pueden gobernar. Existen, sin embargo, al menos una decena de formaciones, tanto nacionalistas como de ámbito nacional, a las que en 2008 más de tres millones de españoles dieron su voto y consiguieron 27 de los 350 escaños del Congreso. Son marcas que en algunas comunidades rivalizan y superan a socialistas y populares. Algunas son fuerzas con una dilatada hoja de servicios, en algunos casos centenaria. Estamos hablando de Izquierda Unida, CiU, PNV o Bloque Nacionalista Galego. Otras son más jóvenes, pero acreditan pujanza, Unión, Progreso y Democracia, Amaiur o Equo.

Estos partidos minoritarios parece que van a tener una buena cosecha de votos el 20 de noviembre, según coinciden en apreciar todas las encuestas. Una tendencia que ya se apuntó en las elecciones autonómicas y locales del 22 de mayo.

Los muestreos demoscópicos coinciden en que el descalabro en la intención de voto al PSOE engrosará la abstención, pero también trasvasará socialistas desencantados a otras formaciones. El retorno de la izquierda 'abertzale' a las instituciones, por otra parte, puede elevar la presencia de los minoritarios en el palacio de la carrera de San Jerónimo hasta rondar los 40 diputados.

Si esos pronósticos se confirman, las siglas ajenas a PP y PSOE pasarían de representar el 7,7% del hemiciclo de esta última legislatura al 10% ó 12%, con la entrada de hasta dos o tres formaciones más de las actuales.

Los pequeños grupos, que en parlamentos con mayoría absoluta tienen poco margen de maniobra más allá de la crítica, la denuncia y el control al Gobierno, en legislaturas con ejecutivos en minoría, como la pasada, no sólo son decisivos para pactar gabinetes y leyes sino que incluso pueden condicionar algunas grandes decisiones o políticas.

De hecho, los expertos en demoscopia avisan de que una de las pocas cosas que hace peligrar la mayoría absoluta que todos los estudios adjudican a Mariano Rajoy el 20-N, mucho más que la remota posibilidad de mejora del PSOE, es que los minoritarios confirmen una importante subida. La razón es técnica. Cuanto mayor apoyo electoral logran los pequeños más alto es el número de votos que el partido ganador tiene que sacar al segundo para asegurarse la mitad más uno de los escaños.

Secundarios nacionales

Las dos grandes opciones minoritarias nacionales son IU y UPyD, ambas con buenas perspectivas electorales. Todas las encuestas señalan que la federación capitaneada por Cayo Lara será la tercera fuerza nacional el 20-N, con posibilidad de pasar de sus dos escaños actuales a 6 ó 7. Pese a todo, muy lejos de su mejor resultado, el de 1993 cuando alcanzó los 21 diputados.

IU, con el lema 'Rebélate' y un programa orientado a sumar al movimiento 'indignado', aspira a recuperar el voto útil prestado al PSOE en las últimas convocatorias y a convencer de paso a los desengañados socialistas ubicados más a la izquierda. Promete una fuerte inyección de fondos públicos para obras e inversiones en servicios sociales con la que crear tres millones de empleos en cuatro años. Los recursos necesarios los obtendría con subidas de impuestos a las rentas más altas y a las empresas con más beneficios.

IU ha cerrado alianzas con nueve siglas de izquierda y ecologistas con las que espera sumar más escaños en Madrid, Cataluña, Valencia, Zaragoza y convertir a su actual portavoz parlamentario, Gaspar Llamazares, en diputado por Asturias.

Uno de los competidores que pescará en sus caladeros será el neófito Equo, las siglas ecosocialistas lideradas por el exdirector de Greenpeace en España Juan López de Uralde. Las encuestas dan a este partido posibilidades de entrar en el Congreso por Madrid o por Valencia, o por ambos. En la capital de España cuenta con el prestigio de la exdirigente de IU Inés Sabanés y en la capital del Turia con la alianza con Compromis, con tirón en la izquierda local.

La otra gran sigla minoritaria nacional es el partido liderado por Rosa Díez. La portavoz de UPyD aspira a romper, con una presencia parlamentaria rotunda, el bipartidismo, pero los sondeos, por el momento, no le dan más de cuatro diputados, que en cualquier caso mejorarían el único que ahora tiene. Sus territorios más asentados son también Madrid y Valencia, donde su candidato es el actor Toni Cantó, con algunas opciones en Andalucía.

La formación, difícil de clasificar con parámetros tradicionales, tiene una vocación centrada, pero con un programa que se escora en algunos capítulos hacia la izquierda moderada y en otros aspectos hacia la derecha. Defensora clara del estado de bienestar, de una política fiscal y de derechos progresista, y de ampliar la participación de los ciudadanos en la política, pretende una reforma constitucional en busca de un Gobierno central fuerte, que vuelva a controlar la Educación y la Sanidad, y que se igualen a la baja las competencias de todas comunidades autónomas. Su postura sobre el escenario sin ETA es mucho más dura que la impuesta por Rajoy en el PP, pues no acepta que el anunciado cese de la violencia suponga el adiós al terrorismo, intuye un engaño y sólo admite la disolución de la organización.

Entre los pequeños con presencia nacional y los nacionalistas hay dos candidaturas regionalistas. Foro, el partido de nueva creación del exdirigente del PP y presidente asturiano, Francisco Álvarez Cascos, presenta listas por Madrid y el Principado, con altas posibilidades de entrar en el Congreso con la lista por Asturias. La otra opción es la del Partido Regionalista de Cantabria, con la que Miguel Ángel Revilla, que perdió en mayo la Presidencia de la comunidad, aspira a llegar a la cámara baja.

La incógnita 'abertzale'

Las otras seis formaciones pequeñas que pueden recalar en la carrera de San Jerónimo son nacionalistas. El duelo más intenso, sin duda, se ventilará en el País Vasco y Navarra entre el PNV y Amaiur, la coalición que acoge a todas las familias de la izquierda 'abertzale' y que retornará a las Cortes después de 11 años, cuando Herri Batasuna tuvo dos diputados. A ese dato habría que sumar a la entonces diputada de Eusko Alkartasuna, ahora también en la coalición.

El final del terrorismo y el fulgurante ascenso de la izquierda 'abertzale' con la marca Bildu en las elecciones municipales auguran una dura competencia por la primacía en el nacionalismo vasco. Con los resultados de mayo en la mano parten empatados, ya que a Bildu hay que sumar los votos de Aralar pues ambos van juntos en la coalición Amaiur. Las encuestas, sin embargo, apuntan a cinco diputados del PNV (uno menos que ahora) por cuatro o cinco de los independentistas. Una de las claves será Navarra, donde con la desaparición de NafarroaBai, que tenía una diputada, el reparto de votos entre Amaiur y los independientes de Uxue Barkos más el PNV, aliados en Geroabai, puede hacer que ambas opciones se queden sin escaño.

La otra noticia está en Cataluña. CiU aspira a convertirse, por vez primera, en la vencedora de las generales en ese territorio, siempre liderado por el PSC, que tuvo un resultado histórico del 45% en 2008. Los nacionalistas ya vencieron por un par de puntos a los socialistas en las municipales gracias al desplome nacional del PSOE, y ahora las encuestas amplían la ventaja a casi el doble. La federación de Josep Antoni Duran i Lleida, que tenía diez diputados, aspira a sumar tres o cuatro más y ser el socio de Rajoy si no llega a la mayoría absoluta.

El resto de las formaciones nacionalistas oscilan, según los sondeos, entre la continuidad y el descenso. Con opciones de repetir con dos diputados cada uno están el Bloque Nacionalista Galego y Coalición Canaria. Con evidente tendencia a la baja se presenta Esquerra Republicana, que podría pasar de tres a uno o ninguno.