Caza

Doce docenas de lobos

La Junta de Castilla y León autoriza a abatir esa cantidad de ejemplares en la comunidad autónoma

MADRID Actualizado: Guardar
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"I've been out in front of a dozen dead oceans" ("He estado delante de una docena de océanos muertos"). Esta es uno de los versos que forman parte de 'A hard's rain a gonna fall', la apocalíptica canción escrita por Bob Dylan allá por los albores de la década de los años 1960, cuando Estados Unidos y la URSS dirimían su tensión de la guerra fría con la crisis de los misiles de Cuba. Y esta semana la Junta de Castilla y León ha decidido hacer un poco a su manera su particular versión del verso y a autorizado la caza de doce docenas de lobos en la comunidad autónoma. Doce docenas, 144 de ejemplares sin especificar si son machos o hembras, lobos adultos o sin independizar.

El número no tiene nada de peculiar, pero sí lo tiene que se autorice abatir a 15 ejemplares al sur del Duero, supuesta frontera europea que protege al controvertido cánido.

Hace seis meses, un estudioso del lobo mostraba su preocupación por la superviciencia del lobo en Castilla y León. Una afirmación que fue contestada de inmediato por ganaderos y sindicatos agrarios e, incluso, por los cazadores. Lo cierto es que ninguna señal parece advertir de que el lobo esté en peligro. Incluso se producen cada vez más ataques al ganado en zonas en situadas al sur del Duero, en los que supuestamente es intocable porque su presencia es escasa.

Pero más allá de lo que puedan decir los números y las palabras, parece indudable de que el lobo crece y gana espacio. Desde sus criaderos naturales en los Picos de Europa y la Sierra de la Culebra, su expansión es tan evidente que no es raro que su presencia sea clara en cualquier batida de jabalí que se organice.

Dylan vio una docena de oceános muertos, y la temporada cinegética verá doce docenas de lobos muertos. O no. La astucia de este animal suele salvarle de la muerte en muchas ocasiones. Lo que nunca se sabrá es los que caen sin que se contabilicen. De esos hay unos cuantos, pero tampoco parece importarle a nadie.