El alcalde de Bilbao, Iñaki Azkuna, saluda a la escritora Elvira Lindo (i) en presencia del escritor Juan Bas (c), momentos antes de inaugurar hoy el certamen literario 'La risa de Bilbao. Semana Internacional de Literatura y Arte con Humor'. / Efe
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El alcalde de Bilbao retoma su lucha personal contra el cáncer

Iñaki Azkuna comienza el lunes un nuevo tratamiento contra esta enfermedad que le fue detectada en 2003 y asume que "será duro y tendré que delegar muchas cosas, sobre todo actos de la tarde o la noche"

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El alcalde de Bilbao empezará el lunes un tratamiento intensivo contra el cáncer que le obligará a bajar el ritmo de trabajo. Durante mes y medio, se someterá a sesiones de unas tres horas de duración que compaginará en la medida de lo posible con sus compromisos institucionales. «Claro que voy a poder trabajar», declaró ayer a este periódico. Pero asume que tendrá que hacer algunas renuncias. No podrá acudir, por ejemplo, a recoger el premio si Bilbao resulte elegida Capital Mundial del Diseño. El fallo del jurado se anunciará en Taiwan a finales de octubre.

Cuando le diagnosticaron un cáncer de próstata, en la primavera de 2003, hizo pública la noticia y ayer también habló claro para evitar «especulaciones». En una entrevista concedida a Telebilbao, explicó que el tratamiento que va a recibir «será duro, y quizás los primeros días esté fuera de órbita. Los médicos me dicen que voy a poder trabajar, pero a veces a mí también me cuentan mentiras piadosas. Lo digo desde ahora: voy a tener que delegar muchas cosas, sobre todo actos de la tarde o la noche».

Se apoyará especialmente en el primer teniente de alcalde, Ibon Areso, aunque sus colaboradores aseguran que la presencia de Azkuna será «constante» en los asuntos municipales. «Ni en los más duros momentos de mi enfermedad he pensado en dejar la Alcaldía», recordaba ayer. Sólo en el verano de 2008 abandonó durante dos meses el Ayuntamiento para someterse a una operación en Estados Unidos con el fin de corregir las secuelas del tratamiento y mejorar su calidad de vida. Esta vez, por el contrario, permanecerá en la capital vizcaína mientras se somete a la terapia.

Mejoría y recaída

Tras la mejoría que experimentó a raíz de su intervención quirúrgica, en otoño del año pasado, al regresar de la Exposición Universal de Shanghai, tuvo que reforzar el tratamiento contra el cáncer, «que no ha desaparecido ni va a desaparecer. Lo cronifican los médicos con su sabiduría», asume. A finales de año anunció públicamente que la dolencia se le había «encabritado», pero mantuvo su agenda en la recta final del mandato y durante la campaña electoral. «Yo soy del Séptimo de Caballería, así que no me voy a bajar del caballo aunque el cáncer quiera sacar la cabeza», dijo entonces.

El equipo médico que le atiende considera que la terapia hormonal que ha recibido en los últimos meses es insuficiente, así que a partir del 3 de octubre se someterá a un tratamiento intensivo. Ayer, al dar a conocer la noticia se definió como un paciente «obediente» y garantizó que no le va a faltar «el buen humor. «No me da miedo porque he asumido que tengo una enfermedad desde 2003 y he tenido una prórroga de ocho años, van para nueve, que le agradezco mucho a la Amatxu de Begoña», afirmó.

En los próximos días tiene varios compromisos importantes, entre ellos el primer pleno del curso político que se celebra mañana y la inauguración de la nueva sede de la ingeniería Idom en Zorrozaurre. A partir del lunes, su agenda se adaptará a la nueva fase del tratamiento. «En cuanto pueda, volveré a mi despacho».