gastronomía vanguardista

«Carne podrida, por favor»

A los restaurantes de Salzburgo ha llegado una nueva moda, la ternera putrefacta

MADRID Actualizado: Guardar
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La genialidad se alza entre los cimientos de Salzburgo. La ciudad austríaca, cuna de innovación, ha acogido el nacimiento del mayor genio de la música clásica, Wolfgang Amadeus Mozart. Por ello, quizás, impregnados por la locura heredada del compositor, los salzburgueses reinventan su cocina y crean un nuevo plato: la carne podrida.

Se trata de la última moda en los restaurantes de la ciudad, El vacuno putrefacto. Han asegurado que "sabe a nueces". Un carnicero del lugar ha optado por permitir que la carne alcanzara el estado de descomposición. Una vez mohosa, la ha preparado igual que si disfrutara de un estado óptimo. El resultado: la más selecta hostelería de Austria se pelea actualmente por acoger este platillo en su carta.

El creador ha afirmado que el secreto se encuentra en el grado de humedad en el que permanece la carne hasta que se pudre. Unas cámaras frigoríficas que ronda -eso sí lo ha desvelado- una temperatura de dos grados. "El moho hace que los gérmenes vayan muriendo. La carne adquiere un sabor que le encanta a la gente”, ha dicho orgulloso el carnicero al que no le sorprende su éxito.

Un exlusivo plato

Esta 'delicatesen' no puede obtenerse en un su establecimiento, queda exclusivamente recluido a los restorán que contraten los servicios del pionero. Varios negocios están a la espera para añadir a sus menús el nuevo descubrimiento, pues la demanda de los clientes alcanza en Austria una cuota amplísima. La noticia se ha extendido con una velocidad pasmosa en el país, y todo el mundo, lejos de la grima que pueda producir, se suma a la novedad.

Lo curioso, es que la región de Salzburgo cuenta con la mayor densidad de restaurantes galardonados de Austria. La mayoría en la propia capital. Estos locales, además, se surten de granjas ecológicas para elaborar sus productos y los mejores gourmets europeos reconocen que en este enclave “la comida es muy selecta”. Por tanto, la acogida del género caduco ha cogido por sorpresa al sector más purista de la hostelería.

A pesar de todo, lo que queda claro es que el plato, al menos, sorprende por su innovación. Una originalidad latente siempre en este rincón a orillas del rio Salzach. Quién sabe si Mozart al probar el insólito sabor de uno de estos filetes se hubiese, incluso, atrevido con un género más castizo como la zarzuela.