jornada mundial de la juventud

Los ángeles custodios de Benedicto XVI

La joven Guardia Suiza, un curioso séquito de 56 niños de entre 9 y 13 años, dará la bienvenida al papa a su llegada a Madrid

MADRID Actualizado: Guardar
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La Guardia Suiza es el cuerpo militar encargado de la seguridad del papa. Está compuesta de un centenar de soldados que vigilan estrechamente su residencia y están presentes en las principales ceremonias del Vaticano. Cuando Benedicto XVI visite España la próxima semana, las medidas de seguridad aumentarán ostensiblemente en comparación con las previstas en Ciudad del Vaticano, pero el papa contará con un cuerpo de defensa muy particular.

Apenas miden metro y medio y muestran elevadas dosis de timidez, pero llevan desde octubre del año pasado entrenándose de manera concienzuda para su gran momento. Se trata del grupo de 56 niños de entre 9 y 13 años que dará la bienvenida al papa Benedicto XVI en su visita a Madrid para la Jornada Mundial de la Juventud, que se celebra en Madrid del 16 al 21 de agosto. Su tarea será la de recibir y despedir al Pontífice en el aeropuerto de Barajas.

El duro entrenamiento en tácticas defensivas y manejo de armas que recibe la Guardia Suiza original ha sido sustituido en este caso por un curso intensivo de protocolo, seguridad, historia y cultura general, todo ello para ofrecer un recibimiento "adecuado" a Benedicto XVI, según señalan sus mentores. En una de las clases especiales que han recibido, dos inspectores del Cuerpo Nacional de la Policía les explicaron qué tipo de dispositivo de seguridad se utiliza en estos eventos y cómo funciona.

Manuel Cuevas es uno de los componentes de la joven guardia suiza. Ataviado con el particular traje y nervioso por las cámaras, asegura estar disfrutando mucho esta experiencia “única”. “Me emocionó mucho saber que iba a conocer al papa. Mis amigos me han dicho que se sienten muy orgullosos de mí", relata ilusionado mientras muestra el traje que lucirá durante la JMJ. Para la confección de los uniformes se ha invertido mucho tiempo y esfuerzo, además de 40 metros de tela y 1.300 cintas, según explica una de las creadoras de los trajes, Carmen Andreu: «Ha sido un largo proceso, pero ha merecido la pena»

La iniciativa no es nueva. Surgió en el año 1982 con motivo de la primera visita de Juan Pablo II a España. En esa ocasión, un grupo de ocho chicos saludaron al papa ataviados con uniformes semejantes. También hubo una decena de jóvenes guardias suizos en 1993, cuando el Papa consagró la catedral de la Almudena, aunque la dimensión pública de este curioso séquito llegaría una década después, en 1993. En esa ocasión, los jóvenes recibieron y despidieron a Juan Pablo II en el aeropuerto madrileña, tarea que repetirán con Benedicto XVI.