EN SUSTITUCIÓN DE SORTU

Gobierno y Fiscalía admiten que sólo podrán frenar listas de Bildu que tengan «contaminación masiva» de Batasuna

La presencia de la izquierda abertzale con simples 'independientes' sin antecedentes hace inviable apartar de los comicios a una coalición de partidos legales, a pesar de las últimas reformas

MADRID Actualizado: Guardar
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La coalición Bildu, el supuesto 'plan b' de Batasuna para estar en las elecciones de mayo tras el veto del Supremo a Sortu, no ha sido, ni mucho menos, una sorpresa, para los servicios jurídicos del Estado o la Fiscalía. A pesar de que los responsables de las fuerzas de seguridad llevaban meses trabajando para abortar este nueva y prevista maniobra de la izquierda abertzale, lo cierto es que los responsables del Gobierno y del Ministerio Público reconocen sin ambages que, a pesar del estrecho marcaje de los servicios de Información a este proyecto, sólo se van a poder impugnar ante el alto tribunal las listas de Bildu que presenten una "contaminación notable y fehacientemente" por la presencia de miembros de Batasuna o personas que hayan sido apoderados o promotores de las organizaciones ilegalizadas. Sólo en el más que improbable caso de que hubiera un "desembarco masivo" de destacados miembros de Batasuna y sus herederas en numerosas listas cabría reclamar la ilegalización colectiva de una coalición de partidos absolutamente legales.

Los juristas de Justicia e Interior y los responsables de la Fiscalía General de Estado admiten que ni siquiera la reciente reforma de la Ley Orgánica del Régimen Electoral General va a ayudar a parar los pies a un ardid como sería Bildu. Las modificaciones de la LOREG- explicaron- amplían los plazos hasta el último momento para pedir la ilegalización de candidaturas 'encubiertas' o, incluso, permiten la impugnación de candidatos o listas después de las elecciones.

Pero ni la Ley de Partidos ni la última reforma dan instrumentos al Ejecutivo o a la Fiscalía para reclamar al Supremo la ilegalización de una coalición de partidos perfectamente legales como EA, Alternatiba (una escisión de Ezker Batua) y Araba Bai (escisión de Aralar) si en sus listas incorporan como simples 'independientes' a personas de la izquierda abertzale, que no hayan tenido papeles notables en los otros 14 intentos de Batasuna y sus herederas ya ilegalizadas.

"Número" y "papel"

La Abogacía del Estado tiene claro que sólo podrán ser impugnadas las planchas en las que haya un "número notable" de personas que hayan tenido además "papeles relevantes" en partidos clandestinos. No bastaría para un recurso -ponen como ejemplo- que en una lista haya uno o dos candidatos que, a su vez, hubieran formado parte en elecciones pasadas en alguna de los centenares de listas anuladas en estos últimos años en puestos poco destacados.

A esta situación casi insalvable se sumaría el hecho de que al tratarse de una coalición electoral no haría falta el trámite de pasar por el registro de partidos políticos (caso de Sortu), en el que se podría negar de manera preventiva la inscripción mientras se recurre al Supremo, en tanto en cuanto se pone la lupa en los estatutos y en la condena o no de ETA.

Los servicios de Información de la Policía y la Guardia Civil - que ya habían advertido que Batasuna tenía listo este 'plan b', un indicio que no basta para pedir su ilegalización según las fuentes consultadas- señalan que la intención de Bildu es llevar "listas impolutas" en sus grandes apuestas electorales. A saber: las tres capitales vascas, las juntas generales y algunos municipios importantes, en los que pueda encontrar un número suficiente de candidatos 'limpios', una terea que no es fácil después de haber 'quemado' a más de 30.000 nombres en las diferentes citas con las urnas. En Navarra, la fórmula sería idéntica pero con diferente nombre: Bagoaz.

En el resto de municipios donde la izquierda abertzale no pueda reclutar a un número suficientes de candidatos limpios o en los que los desacuerdos locales y rencillas entre EA y Batasuna estén aún latentes -explican los expertos de la lucha antiterrorista- la apuesta será el denominado 'plan c': agrupaciones de electores, que se presumen suficientemente 'contaminadas' por candidatos de partidos ya ilegalizados como para pedir y conseguir que el Supremo y el Constitucional les veten sin demasiados problemas, más allá de la complejidad técnica de analizar contrarreloj tantas planchas.

Aún más complicado

El proceso judicial que se va a vivir en los próximos días -explican desde la Fiscalía- será muy similar al que ya se dio en 2007. Entonces la izquierda 'abertzale' intentó concurrir a las municipales con una cascada de 251 agrupaciones electorales bajo la denominación común de Abertzale Sozialistak. Aquellas plataformas fueron ilegalizadas de inmediato por el Supremo por su más que evidente contaminación. Sin embargo, Batasuna logró 'colar' 133 candidaturas de ANV, la mitad de las que presentaba, ya que el alto tribunal no pudo vetar esas listas concretas porque pertenecían a un partido ya legal y no incluían miembros destacados de organizaciones clandestinas.

Ahora -afirman letrados del Estado- la situación será aún más complicada: Bildu sería una coalición, no un solo partido, constituida por formaciones legales que, además, han venido presentándose desde hace años a las elecciones y en disputa con las marcas de Batasuna (no como ANV que fue 'despertado' de un letargo electoral de años y que nunca había logrado puestos responsabilidad en las instituciones).