según la autopsia

Los forenses confirman que Mari Luz Cortés fue arrojada aún viva al agua

Descartan que Santiago del Valle, que cobra una pensión por discapacidad psíquica, sufra un trastorno mental

SEVILLA Actualizado: Guardar
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El Instituto de Medicina Legal de Huelva y el Instituto Nacional de Toxicología confirmaron que la pequeña Mari Luz Cortés murió ahogada tras ser arrojada a la ría todavía con vida, según explicaron los forenses en el juicio por la muerte de la niña, que no pudieron hallar huellas de una agresión sexual. Los expertos tampoco pudieron certificar que el principal acusado, Santiago del Valle, sufriera esquizofrenia, pese a que cobra una pensión por discapacidad, y subrayaron que posee una personalidad "manipuladora".

La sexta sesión del juicio se centró en los resultados de la autopsia practicada a la niña, que confirmó que murió por "asfixia mecánica por sumersión" y no en casa de los acusados. Los forenses hallaron unas microalgas en la médula espinal que "evidencian que la menor "respiró agua y el torrente sanguíneo aún estaba activo". El cuerpo de Mari Luz estaba en avanzado estado de descomposición, con el rostro muy destrozado, por lo que tuvo que ser identificado por sus ropas.

Los expertos dataron la muerte de la niña al menos cuatro semanas antes de su desaparición, con lo que tuvo que morir el mismo día en que se le perdió el rastro o al menos en los días inmediatamente posteriores. Descartaron además rastros de agresión sexual en el cadáver, aunque no quiere decir que no hubiera "posibles tocamientos" porque era imposible determinarlos científicamente ante el mal estado del cuerpo. En su declaración ante el juez, los peritos han detallado que la autopsia permitió apreciar lesiones compatibles con que alguien "la hubiese agarrado violentamente", y que se hallaron en la cabeza, hemitórax, rodilla y muñeca derecha, aunque no le causaron la muerte de forma directa.

Estas heridas, muy superficiales, tampoco permiten deducir que la niña, tal y como dijo al principio Santiago del Valle, hubiese sido arrojada por una alcantarilla, ya que los hematomas estarían por todo el cuerpo. El mayor de los traumatismos es un golpe en parte posterior de la cabeza, de unos cinco centímetros, que le pudo producir una pérdida momentánea de la consciencia. Esta herida coincidiría con la señalada por Del Valle en su autoconfesión.

Los Cortés no tendrán que declarar

En la sesión de hoy también han testificado los forenses que se entrevistaron a los acusados tras ser detenidos. Según han subrayado, en ningún momento, ni siquiera bajo el estrés de una declaración policial, apreciaron "signos de trastorno mental" en Santiago, pese a que tiene reconocida oficialmente una minusvalía psíquica por la que cobra incluso una pensión aunque no consta ni historial ni tratamiento. Las expertas hicieron hincapié en que el acusado "instrumentaliza" su enfermedad, y han puesto como ejemplo que tras su autoinculpación y al conocer que iría a prisión, empezó a decir que "era un enfermo" y que estaba detenido "por lo que le pasa con las niñas". Y han coincidido en señalar que se trata de una persona "manipuladora" que "trata de controlarlo todo", y que incluso pretendió manipular la entrevista.

Por otra parte, Juan José Cortés, padre de la menor, ha confirmado a través de una red social que finalmente, y tal y como pretendían, no tendrán que declarar en la última sesión del juicio. Una decisión que ha contado con el visto bueno del tribunal, la Fiscalía y la defensa, que han entendido que el testimonio de la familia no aportaría nada nuevo al proceso. El padre de Mari Luz ha agradecido la "buena disposición" de las partes y que hayan entendido el sufrimiento que les causaría encontrarse en la misma sala con los acusados. El día anterior había llegado a asegurar que de encontrarse con ellos, su reacción sería "la de cualquier padre con una hija asesinada: me llevaré por delante lo que me tenga que llevar por delante".