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Ballesta contra los franceses

El joven actor madrileño protagoniza ‘Bruc, el desafío’, la historia de la primera derrota de los ejércitos napoleónicos en España

MADRID Actualizado: Guardar
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La única cosa que tenía clara Daniel Benmayor cuando comenzó a preparar Bruc es que Juan José Ballesta iba a ser el protagonista. El director catalán estaba convencido de que el actor madrileño podía meterse en la piel del joven carbonero que provocó la primera derrota del ejército napoleónico en España. El 4 de junio, el general Schwartz y una columna de 3.800 'águilas' franceses parte hacia Zaragoza. A la altura del monasterio de Montserrat unos rebeldes le atacan. Cuando se bate en retirada para regresar a Barcelona, se enfrenta contra otro grupo de resistentes que les provocan 300 bajas.

La resistencia ante el invasor había comenzado. La leyenda cuenta que los insurgentes habían ganado gracias a un joven que tocó el tambor y asustó a los franceses. Para pagar esta afrenta, Benmayor hace que un grupo de seis mercenarios, con Vicente Pérez y Santi Millán, persiga a Ballesta por los bosques y montes que rodena Montserrat. “Ballesta era el antihéroe perfecto. Es un actor que transmite mucho con pocas palabras”, indicó el director, que ha realizado su segunda película tras Paintball. El actor, por su parte, se mostró encantado por hablar poco. “Contar una historia con gestos, con la mirada me encanta. Creo que es la verdadera interpretación”, indicó.

Ballesta, además, tuvo que aprender catalán para la película. Era la segunda vez que se mete en un idioma extranjero después de atreverse con el euskera en La casa de mi padre. “No me importa nada tener que estudiar otros idiomas. Me motiva”, señaló. “Es casi un catalán más. Sólo falta que se haga del Barça”, indicó entre risas Santi Millán durante la presentación de la película, que se estrena el próximo miércoles.

La transformación

Uno de los empeños del realizador fue transformar a Santi Millán. Benmayor estaba convencido de que el actor podría convertirse sin problemas en uno de los mercenarios de Vincent Pérez. “Queríamos que tuviera una transformación seria”, apuntó. Para convencer al director y acabar con cualquier resquemor, Millán se caracterizó como el asesino del siglo XIX que quería para la película. Vino con todos los aparejos necesarios, incluso con un parche en el ojo. “Vino de tal manera que hay gente que no sabía que era Santi hasta la mitad de la película”, reconoció el realizador.

Millán estaba convencido de que tenía que cambiar por culpa de sus “antecedentes” porque el espectador tiene una predisposición a reírse con él. Necesitaba convencer y convencerse de que era capaz de meterse en la piel de un asesino a sueldo que caza con ballesta. “Quería conseguir que cuando la gente vaya al cine no vea a Juanjo de Bruc sino a Bruc, a un tío desesperado. Y que cuando De la Mata (su personaje) esté en la pantalla, espero que los espectadores vean a un cabrón y le entren ganas de romperle la cabeza”, explicó efusivo Millán, que se enamoró del guión enseguida.