El secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, junto a Josefina Samper (i) durante el homenaje a Camacho./ Efe
último Adiós en madrid

La viuda de Camacho recuerda sus últimas palabras: «Si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue adelante»

Marcelino Camacho ha sido enterrado en el Cementerio Civil de Madrid tras recibir un multitudinario homenaje en la Puerta de Alcalá

MADRID Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

El fundador de CCOO, Marcelino Camacho, ha sido enterrado en el Cementerio Civil de Madrid después de recibir un emotivo homenaje por parte de centenares de personas en la Puerta de Alcalá, lugar que acogió muchos de sus mítines en los actos conmemorativos del Primero de Mayo.

En el homenaje, presentado por la escritora Almudena Grandes, han intervenido uno de sus hijos, Marcel Camacho, el secretario general del PCE, José Luis Centella, y el secretario general de CCOO, Ignacio Fernández Toxo, cuyo reconocimiento a la Familia Real por su pésame al fallecimiento de Camacho ha sido recibido con abucheos por algunos de los presentes, que reclamaban la República. La viuda de Camacho, Josefina Samper, ha agradecido al final del acto, tras los acordes de La Internacional, las muestras de apoyo y ha recordado unas recientes palabras del líder sindical en las que decía que si uno se cae, se levanta inmediatamente y sigue adelante.

En la presentación del acto, Grandes ha señalado que Camacho fue uno de los verdaderos padres de la democracia, de las libertades y de los derechos, cuya figura no morirá nunca. La escritora ha indicado que era mucho más que un hombre bueno, un ser insustituible que defendió por encima de todo la dignidad de la clase obrera y que se convirtió en una pieza clave de la memoria de la izquierda española. Marcel Camacho ha dado un repaso a la vida de su padre, "rehén -dijo- del franquismo" y que luchó porque éste "no triunfara después de la muerte de Franco". Ha destacado que el fundador de CCOO comentaba que la democracia se había quedado a las puertas de las fábricas y que siempre hablaba entre sus objetivos de "libertad, justicia social, y paz, pero siempre igualdad".

Centella, por su parte, ha incidido en que "Marcelino vive y la lucha continúa, porque no se han alcanzado los objetivos" y ha añadido que intentaron doblegarlo por las buenas y por las malas, "pero siempre tuvo claro su comunismo y la defensa de los trabajadores". Mientras que Fernández Toxo ha agradecido las muestras de generosidad y de reconocimiento unánime de toda la sociedad española a Camacho "desde su peluquero a la Familia Real", momento en el que fue abucheado por algunos de los asistentes al acto. Además, haa segurado que Camacho tuvo tres amores, su familia, su partido y su país, y un sueño: comandar con CC.OO. la unión de la lucha de la clase obrera, algo que "desafortunadamente no se cumplió"; pero ha añadido que, a cambio, "nos dejó ese gesto de la dimisión en el Parlamento en 1981 demostrando que se puede ser comunista y luchar por una organización obrera independiente".

Entre los gritos más coreados por los centenares de personas que han rendido homenaje a Camacho en la madrileña Puerta de Alcalá destacaron "la lucha sigue, Marcelino vive", "aquí se ve la fuerza del PC", "CCOO sindicato trabajador" y "viva la lucha de la clase obrera".

Una capilla ardiente muy transitada

Marcelino Camacho falleció la madrugada del viernes en Madrid a los 92 años, una muerte que ha producido un profundo pesar en sindicatos, organizaciones empresariales y partidos políticos, ya que es considerado una figura indiscutible de la transición y de la coherencia en la defensa de los derechos de los trabajadores.

Ayer, el color de las banderas de la República, del PCE, de CC.OO. y de las comunidades autónomas velaban el féretro de Camacho, a quien también le acompañaba su familia y un gran retrato con su célebre frase. Desde primeras horas de la mañana fueron miles las personas que han pasado por la capilla fúnebre que se había instalado en la sede de CCOO-Madrid, donde su viuda Josefina y sus hijos no pararon de recibir muestras de cariño y afecto de gentes de toda edad, clase y condición.

El féretro de Camacho estaba instalado en el escenario del auditorio que lleva su nombre, donde su mujer, Josefina, le velaba y le expresaba, desde un banco a la izquierda, muestras de cariño cuando las autoridades, de todos los colores políticos, le testimoniaron su reconocimiento y su agradecimiento. A la derecha le flanqueaba un libro de firmas, en el que las personalidades le tributan su último adiós.