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Entrenamiento para el Barça

El Sevilla salió derrotado de antemano y los azulgrana vivieron un plácido partido, con dobletes de Villa y Messi

Barcelona Actualizado: Guardar
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Con Xavi recuperado, Villa de nuevo en la senda del gol, Messi tan determinante como siempre, y un Sevilla sin agresividad y decepcionante, el Barça vivió una plácida noche, casi un entrenamiento en el Camp Nou, para no perder comba con el líder y ofrecer otra demostración de fútbol dominador y convincente. Nada que ver con el partido de hace diez meses en terreno azulgrana que se saldó con derrota local y le costó al Barcelona la despedida de la Copa del Rey. Tras el 4-0 de la pasada Liga, el campeón de la regularidad apabulló otra vez al del torneo del K.O. en un choque que quedó sentenciado en menos de media hora, con un tanto de Messi cuando el Sevilla aún estaba dormido, y un golazo de Villa, quien, seguro que picado por el ataque del día anterior de Mourinho para defender a Benzema, quiso responder en el campo con un doblete.

El Sevilla, a pesar de que Gregorio Manzano alineó en ataque a Luis Fabiano y Kanouté, fue un equipo sin alma que salió al campo derrotado de antemano y muy pronto se convirtió en víctima propicia de un equipo que se recreó con su insultante superioridad, a base de movilidad, desmarques, regates, y lo que es más importante, goles. Por si la diferencia de mentalidad no era suficiente, todo se le puso de cara al Barça desde el principio, cuando Messi aprovechó un despeje de Javi Varas. Aunque el argentino se movió por todo el frente de ataque, ante el Sevilla estuvo tirado a la derecha como parte del tridente ofensivo en el que Pedro actuó como extremo izquierdo y Villa por el centro. A priori, una posición más adecuada para el ariete azulgrana, aunque su reencuentro goleador se fraguó a partir de una llegada desde la derecha en la que, tras un recorte, la colocó en la escuadra con la zurda. Mucha clase y versatilidad del asturiano y ánimos renovados para él y un Barça inconformista, tanto como Messi, otra vez autor de un doblete con el que mantiene una bella pugna particular con Cristiano Ronaldo.

Expulsión de Konko

La lamentable imagen del Sevilla tiró por tierra un encuentro que se presentaba en principio como uno de los más esperados de la temporada pero que se quedó muy pronto sin emoción. Sin una actitud de competitividad, el Barça se dio un festín, con una defensa muy adelantada y por delante de la zaga, con dos líneas reforzadas con la presencia de Xavi y que juegan de memoria. Con los mejores en el medio campo y el ataque, a este Barcelona tan acostumbrado al juego bonito y que a veces se excede en la elaboración, obsesionado con llegar agradando hasta el final, es muy complicado plantarle cara, pero si se renuncia a competir, como hizo el Sevilla, sí que es imposible. Sólo una vez llegó el conjunto hispalense a las inmediaciones de Valdés en toda la segunda parte, cerrada, en el colmo de los despropósitos, con dos amarillas a Konko en sólo cuatro minutos. Un regalo más para el Barça y para Guardiola, quien puso dar el descanso previsto a Xavi sin ver peligrar el resultado, que ya iba con 3-0.

También hubo tregua para Puyol poco después de que Messi levantase al Camp Nou con una acción espectacular. No quiso hacer sangre demasiado el Barça, que de ahí al final se movió a acelerones, aunque casi siempre jugando al tran-tran y permitiendo jugar más al Sevilla. No había necesidad de más desgaste, aunque sí se echó en falta algo más de pegada por parte azulgrana. Como la que le faltó a Villa para conseguir antes su doblete, aunque lo que en realidad le sobró al asturiano fue el despeje de Dabo bajo palos. No se salvó sin embargo el Sevilla de la ‘manita’, porque Villa no descansó hasta cumplir su objetivo.