lucha antiterrorista

Objetivo, clausurar para siempre la «academia terrorista»

Segi, acosada sin cuartel desde 2007, apenas puede movilizar ya a 250 activistas y documentos internos revelan su desesperación

SAN SEBASTIÁN/BILBAO Actualizado: Guardar
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El juez Fernando Grande Marlaska lo tiene escrito en sus autos: Segi no es una organización radical juvenil. Segi es "una auténtica academia terrorista para la continuación de la lucha armada durante tiempo" y que sirve de "tentáculo de ETA cuando conviene a la banda". Con una ETA más acorralada que nunca, el Ministerio del Interior tiene una máxima: que no haya repuestos. Por ello se ha fijado como objetivo estrangular para siempre al "nido de la serpiente". Y a punto está de conseguirlo. Tres años de continuos golpes policiales y cerca de 160 detenidos, casi siempre a manos de Baltasar Garzón, han dejado a los 'alevines etarras' al borde del colapso.

La de este viernes es la duodécima operación contra Segi de la Policía Nacional desde que, en verano de 2007, Interior ordenara, tras el fin de la última tregua de ETA, redoblar los esfuerzos para acabar con la impunidad de los violentos. Sólo en 2008 año hubo ocho redadas contra este entramado. Una a una, todas las células activas en las tres provincias vascas y, sobre todo, en Navarra -donde se concentraban las más violentas y beligerantes-, han ido cayendo. El año pasado, el golpe fue histórico: en noviembre de 2009 los servicios de Información llevaron a cabo la mayor redada de la historia contra la cantera de ETA con 35 detenidos.

Lejos, muy lejos, quedan aquellos informes en 2002 en los que los cabecillas de Segi se jactaban de ser capaces de movilizar a 23.000 jóvenes. Ahora, según los servicios de que disponen los servicios de información policial, sólo cuentan con unos 200 o 250 activistas dispuestos a implicarse en actos de violencia callejera, que les pueden llevar a la cárcel con condenas de años por pertenencia a banda armada.

El daño que inflige esta estrategia de asfixia a los cachorros terroristas lo reconocen hasta los dirigentes de ETA. Ekaitz Sirvent, cabecilla de la organización fue detenido en abril de 2009. Su arresto es el origen remoto de las detenciones de hoy de la macro redada de noviembre de 2009. Él reconocía en un documento interno del año pasado que el "empleo masivo de la militancia" había llevado a detenciones en cascadas y a la imposibilidad de presentar "listas blancas".

"Desde junio del 2007 (fin de la tregua) las operaciones represivas contra la juventud vasca no han parado. Y muy a nuestro pesar esta dinámica represiva va a seguir durante los dos próximos años como mínimo. Bajo la excusa de la lucha contra la Kale Borroka, la maquinaria represiva del estado español se va a encargar de ir golpeando duramente a la organización juvenil. Hay que tomarlo en cuenta y estar preparados para ellos", escribía Servant antes de ser detenido en París cuando llevaba consigo toda la estrategia para resucitar la mortecina Segi. De poco sirvió su advertencia. Seis meses después la policía asestó su mayor golpe a la cantera.

"Fumaderos"

La estrategia de "guerra sin cuartel" de Alfredo Pérez Rubalcaba contra el semillero de ETA nació sólo unos meses después de que el Tribunal Supremo declarara, en enero de 2007, que Segi y sus dos predecesoras (Jarrai y Haika) eran organizaciones terroristas y no meras asociaciones ilícitas, como consideraba la Audiencia Nacional.

La táctica del palo continuo, como lamentaba Sirvent, da resultados. Otros documentos incautados en las últimas operaciones a los dirigentes de Segi, sobre todo correo electrónicos, dan cuenta del desánimo de los jóvenes violentos. El objetivo que perseguía Interior. Uno de ellos, en un documento supuestamente dirigido a la banda, denunciaba que la "situación es desastrosa". "Estamos muy perdidos", apuntaba. "La gente sólo quiere fiesta renunciando así al activismo", lamentaba el cabecilla, quien incluso aseguraba que los 'Gaztetxes' -las sedes sociales donde los violentos debían dedicarse en cuerpo y alma a preparar sus ataques- se habían convertido en "fumaderos de porros".

En esta "guerra contra la impunidad", como suele llamarla Alfredo Pérez Rubalcaba, el otro ariete, además del policial, es el judicial. Los servicios de Información saben que desde las bases juveniles violentas pro etarras se sigue con mucha expectación el futuro que les aguarda a los más importantes dirigentes de Segi, detenidos en esta ofensiva iniciada en 2007. Esta misma semana, la Audiencia Nacional ha condenado a seis años de prisión a 15 miembros de esa organización, todos ellos detenidos al inicio de esta ofensiva policial, por un delito de pertenencia a ETA

"Hay que hacer apuestas de futuro y no hay mejor escuela militante que la organización juvenil", escribía Servant en su última arenga para reactivar Segi. La Comisaría General de Información y la Audiencia Nacional ya han demostrado que tienen la intención decidida de dejar sin alumnos y profesores a esas aulas callejeras.