FÚTBOL | LIGA EUROPA

El Villarreal, un líder europeo sólido

Un gol de Marco Ruben, sustituto de Nilmar en el once, da una trabajada victoria al 'submarino amarillo' frente al Paok

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La visita del Paok de Salónica a El Madrigal era propicia para que el Villarreal sumase su segunda victoria consecutiva en la Liga Europa y arrebatase a los griegos el liderato del grupo que acerca al 'submarino amarillo' a los dieciseisavos de final. Acertó Juan Carlos Garrido al dar descanso al goleador Nilmar y alinear a Marco Ruben, autor del único tanto de un partido en el que a falta de brillantez el Villarreal tuvo la eficacia y el temple necesarios para doblegar a un limitado rival que complicó demasiado al conjunto castellonense con su actitud defensiva. La calidad suele decidir este tipo de encuentros que parecen cómodos pero se transforman con el paso de los minutos cuando el visitante sólo quiere aguantar atrás y al favorito le cuesta tener profundidad y crear ocasiones, pero el Villarreal tuvo la paciencia y la pegada suficiente para despejar el camino hacia el triunfo sin esperar al segundo tiempo.

De un balón surgido de la clase de Borja Valero salió el gol de la victoria del Villarreal , que pese a las bajas de los lesionados Senna y Marchena no perdió su habitual solidez. Sólo en la recta final permitió que este Paok que tiene poco de griego, porque está plagado de extranjeros, se acercase algo a las inmediaciones de Diego López. El Villarreal se quedó sin el balón al que tanto había estado unido en el primer tiempo y dejó elaborar al Paok, consciente de que el conjunto heleno, pese a que llevaba ocho partidos consecutivos sin perder en Europa, dispone de muy escasas armas para hacer daño. Y mucho más si es tan pobre arriba sin su goleador, Salpingidis, y el Villarreal destruye siempre en el medio campo.

Hasta que abrió el marcador abusó el Villarreal de los ataques por el centro, pero su faro, el nuevo internacional que no ha llegado a debutar con Del Bosque, vio por fin la luz y Marco Ruben no desperdició la primera oportunidad clara que se le presentó al equipo. La efectividad fue plena en un choque demasiado trabado que se consumió en el centro del terreno de juego y en el que el Paok, pese a su velocidad por bandas, no pudo sacar ningún rendimiento.

El Villarreal también acusó la ausencia de desborde de Cazorla y Cani, pero era un partido más destinado al sacrificio y al trabajo sucio que al lucimiento personal. Hubo bastante más brega que brillo y, sobre todo, mayor concentración y confianza por parte del Villarreal para que el Paok sólo asustase una vez al contraataque.

El segundo gol lo tuvo en sus botas Cani a falta de dos minutos, pero lo evitó la mano de Kresic. Tampoco mereció el 'submarino' un triunfo más abultado.