El Kun revive al Atlético

El Atlético venció con holgura y sumó los tres puntos necesarios para seguir vivo en la Liga Europa. Los rojiblancos no fallaron en un partido en el que brilló con luz propia Agüero. El argentino volvió tras un mes apartado por lesión y cambió el choque con un gol y el pase del tercero. Los madrileños se enfrentaban al rival más débil del grupo. Un Rosenborg que lejos del invierno noruego se convierte en un equipo de lo más vulgar. Quizás por eso Quique Sánchez Flores no quiso arriesgar con De Gea ni Agüero. Ambos se quedaron fuera del once inicial. El canterano Joel y Diego Costa suplieron a los ídolos locales.

El partido respondió al guión previsto. Los locales eran dueños de la posesión del balón y de las ocasiones. El Rosenborg esperaba agazapado el paso de los minutos y soñando con la posibilidad de un tanto en una jugada aislada. No hizo falta que los ‘colchoneros’ presionaran mucho para abrir la lata noruega. Reyes, cuyo gran rendimiento y desborde por banda hace tiempo que dejó de ser noticia, se sacó un centro preciso que Godín cabeceó elegantemente a la red. El choque se ponía de cara muy pronto. Sin embargo, un partido en el Vicente Calderón puede ser de todo menso tranquilo.

La primera señal de que el encuentro se torcía fue la lesión de Valera. El defensa fue sustituido por Perea, lo que provocó que Ujfalusi recuperara el lateral derecho, posición en la que se siente más cómodo. A raíz del tanto, el Atlético se relajó ante la inoperancia extrema del Rosenborg. Los rojiblancos se veían tan superiores que cayeron en una especie de morriña que les impedía atacar. Se conformaban con no perder la pelota. El Rosenborg tampoco se atrevía a adelantar las líneas por miedo a las contras locales. Por tanto, el ritmo del choque descendió. Pero las taquicardias no tardaron en volvier al Calderón. Un error defensivo de Perea y Godín convirtió un pelotazo de los noruegos en un tiro al poste de Moldskred. Joel, que hasta entonces había vivido una noche plácida, palideció.

Tras el descanso las sensaciones eran las mismas. El Atlético mantenía su letargo y el Rosenborg con sus tímidos acercamientos al área local ayudado por los ‘regalos’ de Perea. Hasta que llegó el momento del ‘Kun’. El argentino salió por un desaparecido Forlán –lo del uruguayo tampoco es ya noticia- y revolucionó el encuentro. Agüero tardó un minuto en marcar el segundo tanto tras una jugada iniciada por un balón robado por él. Pero el ariete no se conformó con el gol y se entregó en cada pase y regate. Sus compañeros se contagiaron del empuje del ‘Kun’ y despertaron de la prolongada siesta. De esta forma el Atlético regaló a su afición una contra perfecta en la que el ‘Kun’ puso la guinda con un pase excepcional a Diego Costa, que el brasileño no perdonó.