Los agentes de la Unidad de Delitos Tecnológicos persiguen a ladrones y estafadores en internet.
Los agentes de la Unidad de Delitos Tecnológicos persiguen a ladrones y estafadores en internet. - F. JIMÉNEZ
SUCESOS

A la caza del ciberestafador en Cádiz

La Policía advierte del incremento de la delincuencia a través de la Red en la provincia. A la Comisaría Provincial están llegando una media de dos denuncias diarias por casos como las estafas en las ventas online o los cargos no consentidos

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Resguardados tras la pantalla de un ordenador, animados bajo el anonimato de un ‘nick’ y avatares, y seducidos por ese laberinto virtual en el que es complicado ser perseguidos y más aún capturados, los delincuentes se sienten libres en el paraíso del engaño, la mentira y la estafa. Al otro lado del monitor, les esperan cientos de clientes timados a diario, demasiado confiados en la buena voluntad del otro y, a menudo, presas incautas que arrojan a la Red sin pensarlo datos personales porque «esas cosas no me pasan a mí».

La delincuencia ha saltado a internet y arrasa. Ya no es un problema incipiente, una preocupación futura. Es una realidad. Diaria. Costosa. Arriesgada. Y así lo alertan desde la Unidad de Delitos Tecnológicos de la Comisaría Provincial de Cádiz.

«Cada vez son más los casos que tenemos». Lo dice alto y claro un agente especializado. Él y su equipo reciben semanalmente numerosas denuncias de personas que han sido engañadas o atacadas de una u otra forma por un ciberdelincuente. Los datos le dan la razón. Según la Dirección General de la Policía, durante los últimos cuatro años, se han efectuado en España más de seis mil investigaciones sobre delitos tecnológicos y se han detenido a unas dos mil personas.

El timo se reinventa

Estas cifras dan sólo una idea de lo que está ocurriendo porque las estadísticas no dejan de crecer. Rápido. Los timos se han reinventado, modernizado, y usan las herramientas que más cerca están de la sociedad actual: ordenadores, portátiles, tablets, móviles, son el mejor escaparate para embaucar y chantajear una vez que el afectado ha mordido el anzuelo y tiene ya complicado dar marcha atrás. A diferencia de los clásicos engaños como el tocomocho, el abrazo cariñoso o el timo de la estampita, aquí el delincuente no necesita tener contacto físico con su ‘cliente’. Si no quiere, no tiene por qué mostrar su rostro.

Por eso, el trabajo para identificarlos, detenerlos y poder demostrar ante un juzgado el daño que han causado, se presupone complicado. Pero no es imposible, y en ello trabajan duro tanto la Unidad de Delitos Tecnológicos como la de Delincuencia Urbana de Cádiz, que se reparten los casos dependiendo de la especialización que exija cada uno de ellos.

«En esta comisaría se están registrando dos denuncias diarias de media por delito tecnológico», cuentan. Hay de todo, pero la mayoría de ellas son de tipo económico, principalmente fraudes y estafas cometidas a través de internet. Otras, también relacionadas contra el honor y el derecho a la intimidad o los referidos a menores. Pero, desafortunadamente, como indican en la Policía, «estos datos son solo una aproximación».

La mayoría de las víctimas de una estafa en una venta online, robo de la numeración de sus tarjetas o incluso chantajes por fotos o vídeos a través de internet no denuncia. Sin embargo, como advierten los investigadores, para poder tirar del hilo es imprescindible que el afectado colabore, que denuncie y que sea el primer interesado en dar con el ladrón. Si no, el ciberdelincuente seguirá campando a sus anchas y habrá seguramente más víctimas.

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También la Fiscalía en su memoria anual alerta de esta tendencia al alza. Según explica, «la compraventa online y los cargos inconsentidos en cuenta bancaria y en tarjetas de crédito son las infracciones más denunciadas, junto a los fraudes cometidos en el alquiler de inmuebles de uso turístico, en la gestión de sistemas de pago virtual, en la apertura de líneas de teléfono de forma telemática, o en la obtención fraudulenta de préstamos en banca online». Y aporta más datos. De los 1.076 procedimientos judiciales incoados en la provincia en este área durante 2015, 788 fueron casos de estafa, y más de 40 de usurpación de identidad, algo que como avisan los agentes, está muy relacionado con el engaño económico.

La Fiscalía alerta en su memoria de esta tendencia. De los 1.076 procedimientos abiertos, 788 fueron estafas

Pero estos ladrones virtuales no lo tienen tan fácil y aunque quieran esconderse muchos de ellos terminan cayendo. Justamente estas semanas se han desarrollado en la provincia dos operaciones de peso contra este tipo de delitos. Llama la atención a quienes han ido tras ellos que en uno de estos dos, no eran delincuentes especializados ni por asomo, sino más bien, gente de un nivel cultural bajo. Y eso, precisamente, les resulta preocupante.

«Todo el mundo lo hace»

«Dicen que lo que hacían porque todo el mundo en San Fernando lo estaba haciendo…». Seis jóvenes, tres hombres y tres mujeres, eran detenidos y llevados a Comisaría por ofrecer en páginas web conocidas de segunda mano móviles como Iphone o Samsung, coches teledirigidos, Thermomix… productos que nunca fueron remitidos a esos clientes pero que sí les cobraron asegurándoles el envío que nunca les llegó. De esta forma, en dos meses se calcula que llegaron a conseguir 10.000 euros.

La investigación comenzó a finales de julio, cuando una vecina de Cádiz denunció que había recibido amenazas por teléfono de varias personas que decían ser víctimas de una estafa presuntamente realizada por la denunciante. La Policía comprobó que la mujer había recibido ingresos en sus cuentas procedentes de distintos puntos de España a cambio de productos que nunca habían sido remitidos a los clientes. Localizaron a algunos de los causantes en San Fernando. Según comprobaron, estas personas funcionaban como ‘muleros’, es decir, abrían cuentas corrientes donde se hacían los pagos de los productos ficticios y, por colaborar en la estafa, recibían una comisión. Otro miembro de esta organización, se encargaba de realizar las falsas ventas y contactaba con los clientes.

Una operación ha destapado una red en San Fernando de ladrones virtuales que usaban a ‘muleros’

Como explican los agentes, la dificultad que se encuentran en estos casos es poder determinar que se trata de un delito continuado y no una simple falta porque lo estafado sea menos de 400 euros. «Hay mucha gente sin recursos que se está especializando ahora en este tipo de delitos porque han encontrado en ellos una salida económica… Y cada vez saben más...»

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