DE ZORRILLA A LA MAREA

Preparados, listos... ¡ya!

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Ya está en marcha la máquina de las elecciones y aquí no vale el que dice no me pises que llevo chancla. Si hay que machacar, se machaca, que para muchos está en juego cuatro años sin miedo a que le llegue la letra de la hipoteca a final de mes y que la bolsa de la compra reviente de tanto aumentar de precio, que no de peso. No sé qué tendrá Cádiz, pero el día 21 arrancan la campaña aquí Rubalcaba, Teófila Martínez y Rosa Díez. Los primeros, en el hotel Atlántico –no estaría mal empezar anunciando la ampliación del parador, que quedó estancada en el tiempo– y los de la ex diputada socialista ya han reservado en el Palacio de Congresos, por lo que la candidata del PP y alcaldesa de la ciudad deberá buscar un espacio alternativo, se supone. ¿El Castillo de San Sebastián, quizás? Así se la devuelve a Zarrías, después de que el consejero y presidente del Consorcio del Bicentenario la dejase con cara de póker al anunciar que se quedaba para su protagonismo en el 12 la emblemática fortaleza. Ojo por ojo y diente por diente. Ya verán. De alguna manera Teófila se la cuela a Zarrías, que la princesa del castillo siempre fue ella. De momento, ya va camino de Madrid el proyecto de rehabilitación del monumento, saltándose el escalafón Junta y dirigiéndose a la vicepresidente María Teresa Fernández de la Vega, que es la que a ella le entiende. ¿Quién tiene la llave del castillo?

Zapatero, en El Chato

El presidente del Gobierno y candidato del PSOE a ocupar cuatro años más La Moncloa almorzó el viernes en el Restaurante El Chato, de El Faro. Entrar en Cádiz suponía demasiado atasco y sus asesores le buscaron un rincón tranquilo –antes de ir a dar un mitin a Algeciras–, donde se reunió con algunos cargos socialistas de la provincia, se supone que para dar santo y seña de cómo va a desarrollar la campaña y darle ánimos.

Ambiente raro

Hay ambiente raro en el Ayuntamiento de Cádiz. Me recuerda a principio de los años 90, cuando el grupo de los ocho –concejales socialistas contrarios a la gestión de Carlos Díaz y dirigidos por dirigentes desfenestrados– dieron un golpe de mando que hizo tambalear el Gobierno municipal y que fue el principio del final del PSOE en el Consistorio gaditano tras 16 años de mandato. Desde que el PP ha decidido dejar fuera de sus listas a José Blas Fernández, el concejal incombustible –reconocido incluso por el propio Fernando Santiago, ex concejal de Izquierda Unida y Nueva Izquierda, que no es nada sospechoso de pelotear a la derecha– hay ediles del equipo de Gobierno que se han solidarizado con el hasta ahora senador del PP, mientras que otros andan agazapados frotándose las manos, en vez de coger la calculadora y empezar a aprender contabilidad, que falta les va a hacer el día que José Blas diga ahí os quedáis con los números. Será entonces cuando haya que dejar de ir tanto a las peñas a comer croquetas y habrá que remangarse para trabajar, que en un Ayuntamiento es lo que cuenta. En fin, el que la lleva la entiende. Lo cierto es que siempre quedarán los amigos y José Blas sabe que los tiene. Hasta le han puesto un contador de adhesiones en el blog de Pepe Contreras, que le pasa como al Tomate, que todo el mundo decía que no lo veía, pero la mayoría lo tiene en favoritos, como yo, he de reconocerlo.

Homenaje

Se cumple un año de la muerte del socialista Tato Pérez Avivar y quienes le quieren y recuerdan su labor en el partido le harán mañana un homenaje en el Parque Tecnobahía, por el que tanto trabajó. Allí descubrirán una calle con su nombre, a las cinco de la tarde. Luego, a las siete, familiares y amigos se reunirán en el Oratorio San Felipe Neri.

Barroso y su puro

Ya me ha contado más de uno que le pareció ver en el palco del Bernabeu, en el partido de la Copa del Rey en el que perdió el Real Madrid contra el Mallorca, al alcalde de Puerto Real y diputado provincial de Izquierda Unida, José Antonio Barroso. Yo no me lo puedo creer, pensaba que era del Atléctico de Madrid o del Rayo Vallecano, le pega más, por eso de la clase trabajadora. Pero bueno, cualquiera sabe. Dicen también que ahora viaja en un lujoso coche oficial de color azul, que transporta a una época que no creo que él quiera recordar. Es mejor que le pida a González Cabaña que se lo cambie por uno de color rojo, para disimular, digo yo. La gente tiene muy mala lengua y son capaces de decir que se codea hasta con el PP.