ANÁLISIS

Cristiano, decisivo

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Un partido de fútbol, muchas veces, se define por detalles. Y estos detalles cobran especial importancia cuando lo que está en juego es un Campeonato del Mundo. Por eso, resulta interesante ver cómo se desarrolló el partido entre Inglaterra y Portugal y cómo se empezó a decantar cuando Cristiano Ronaldo pidió al árbitro que expulsase a Wayne Rooney, su compañero en el Manchester United.

El encuentro entre lusos y británicos tuvo una primera parte muy igualada en juego y en ocasiones de gol. El partido fue un constante ida y vuelta, pero ninguno conseguía materializar los constantes acercamientos a la meta rival.

Sven Goran Eriksson dispuso a su equipo con un sistema de cuatro medias puntas sobre el campo, dejando solo a Rooney en la punta de ataque. Pero esta alineación tiene también sus inconvenientes: si el contrario toca bien el balón, gastas muchas energías en la recuperación y las posibilidades de llegada se reducen significativamente. Y Portugal, consciente de la importancia de no ceder el balón a sus rivales, reforzó el medio del campo.

Sin embargo, aunque la obsesión era controlar el medio del campo, ninguno de los dos equipos consiguió dominar el juego.

La segunda parte transcurría de la misma manera hasta que Lenon, que entró por el lesionado Beckham, aportó más profundidad por la banda derecha. No obstante, todo cambió radicalmente a raíz de la expulsión de Rooney.

Su compañero y ayer adversario, Cristiano Ronaldo, no dudó un instante y reclamó la expulsión. Portugal aprovechó la superioridad numérica y refrescó el equipo con varias sustituciones para adueñarse definitivamente del partido y pasar a la siguiente ronda del torneo.

Inglaterra trató de contrarrestar y sacó a Crouch. Jugó sólo arriba y se manejó bien en el ataque, creando ocasiones a través de faltas y segundas jugadas.

En la prórroga, los lusos cercaron más a Inglaterra y tuvieron una buena ocasión que el colegiado decretó como fuera de juego. Portugal insistía una y otra vez, tenía la posesión, pero se vieron incapaces de superar a la defensa inglesa y, así, el partido se convirtió en el segundo choque de cuartos que se decide en la tanda de penaltis.

Frank Lampard y Steven Gerrard, dos de los jugadores más emblemáticos de Inglaterra, lanzaron bien. Pero el penalti de Cristiano Ronaldo fue lo realmente decisivo para superar esta eliminatoria y llegar 40 años después a una semifinal del Mundial.

El partido permite extraer algunas conclusiones. Me parece interesante apuntar que el fútbol portugués está en auge y estas semifinales son un premio a su trabajo y a su manera de competir. El oficio y el manejo que ha mostrado Ronaldo es un reflejo del carácter ganador de este equipo. Un jugador joven, con una velocidad endiablada, que juega bien por ambas bandas y que ha madurado en el Manchester. Dentro de los jugadores jóvenes de este Mundial es uno de los mejores, si no el mejor. Inglaterra no ha demostrado una gran ambición. Tiene un gran medio campo, pero le falta algo para dar ese paso.