Rafael en su laberinto

El presidente de la Autoridad Portuaria de la Bahía de Cádiz, Rafael Barra, ha pasado la semana en el ojo del huracán y ha debido hacer encaje de bolillos para compatibilizar su militancia socialista con su cargo público, con su condición de gestor empeñado en que los números cuadren y el puerto progrese, que es por lo que cobra. Tranquilo, sin querer dar más importancia a la controversia, Barra ha recibido el apoyo explícito del sector, que, como la ciudad, no está para perder ni un empleo. Porque aparte del conocido asunto de la Plaza del Mar, del derribo de la verja del muelle y de los otros frentes abiertos con el PGOU, a Barra le toca sacar adelante la ampliación del puerto, condición indispensable para que los demás asuntos sean viables. Pero en el centro del centro está la Planta Delta, donde se juega mucho y no se pueden hacer concesiones a la galería. No hay deslealtad, sino coherencia, en su actuación y en su trayectoria.