ESPAÑA

Pulsera contra el separatismo

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No se recibe un regalo así todos los días. El presidente de la Generalitat, Pasqual Maragall, salió ayer del Senado con curioso amuleto en la muñeca: una pulsera «contra los separatismos», obsequio del presidente de Cantabria, Miguel Ángel Revilla. El «atípico» dirigente político -como él se describió- fue el único jefe de gobierno autonómico presente en el Senado. Y su intervención, como es costumbre, no pasó inadvertida.

Revilla se mostró convencido de que el nuevo Estatut «garantiza» la igualdad de todos, preserva la unidad de mercado, mantiene la solidaridad y es «extrapolable en sus competencias» a otras autonomías. Sin embargo, expresó su preocupación ante la «carrera» desatada en España para «añadir algo al carné de identidad» (nación, realidad nacional, nación de naciones). Una obsesión que, a su juicio, esconde un cierto «complejo de inferioridad».

«En el caso de Cantabria -apuntó- lo tenemos absolutamente claro: nosotros somos cántabros y, por ende, somos españoles». De ahí, el regalo para Maragall: una pulsera con los colores de la bandera cántabra.