Tres muertos en un atentado suicida cerca de una base española en Afganistán

Tres afganos resultaron ayer muertos en un atentado suicida con coche bomba que tuvo como escenario las inmediaciones de la base de las tropas españolas en el oeste de Afganistán. Ningún de los nueve españoles que se encuentran en el cuartel general de la Fuerza Internacional de Asistencia a la Seguridad (ISAF) resultó afectado en la acción terrorista. El edificio está situado en el centro de la localidad de Herat y es compartido por el Estado Mayor de la región oeste y más de un centenar de militares italianos del contingente enviado por Roma para la reconstrucción de la zona. Precisamente, un civil del país transalpino resultó herido leve en un brazo y fue atendido en un hospital de campaña español. A las pocas horas, fue dado de alta.

El director de los servicios de información, Mohammad Musa Rasuli, en la ciudad de Herat informó de que el ataque acabó con la vida de «un guardia afgano e hirió a otros tres». El policía estaba custodiando la entrada del edificio donde se encuentra el cuartel general de la ISAF cuando a primera hora de la mañana el kamikaze hizo detonar el vehículo que conducía. Rasuli explicó que el «suicida dirigía un todoterreno», que al explotar «también dañó a otros tres coches civiles que se encontraban cerca».

Las fuerzas encabezadas por los hombres de la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN), a la que pertenecen las tropas españolas, también confirmaron el suceso. Pero determinar el blanco de los terroristas era objeto de discordia. El capitán Giorgio Buonaiuto precisó que no estaba claro si la acción fue motivada por un suicida cuyo objetivo era la Fuerza Internacional de Asistencia y Seguridad de la OTAN en Afganistán, donde actualmente están desplegados 30.000 militares procedentes de 30 países diferentes.

Amenazas

«Dos ciudadanos afganos y el kamikaze murieron, otro resultó gravemente herido y un cuarto sufrió leves lesiones provocadas por los cristales que volaron a causa de la explosión», señaló Buonaiuto.

Sin embargo, un presunto portavoz del régimen de los talibanes -derrocados del poder en 2001 y que desde entonces se oponen militarmente al Gobierno de Kabul y a la presencia de tropas internacionales en suelo afgano- se apresuró a atribuir a su movimiento la autoría de la deflagración. «Fue un ataque suicida realizado por un ciudadano de Herat llamado Abdul Rahim», afirmó por teléfono Yusuf Ahmadi, quien precisó que el «atentado estuvo dirigido contra las tropas extranjeras».

El líder del movimiento talibán, Mulá Mohammad Omar, prometió en marzo, desde su escondite en paradero desconocido, una oleada terrorista como parte de una ofensiva para los próximos meses. En este contexto, el viernes, un ataque suicida fuera de la base de las tropas británicas y estadounidenses en la sureña provincia de Helmand causó heridas a dos soldados y un civil norteamericanos. Otro atentado dirigido por un kamikaze en la provincia de Sangin estuvo destinado contra tropas afganas, si bien en la acción sólo murió el terrorista.