ARRESTADO. Antonio Reñones, entra en el coche policial.
ANDALUCÍA

La máquina de lavar dinero

Un entramado de sociedades interpuestas como cortinas de humo para no llegar hasta la persona que mueve los hilos. La segunda máxima del blanqueo es repartir los huevos en distintos cestos. Roca invirtió su sospechosa fortuna en fincas, obras de arte y ganadería

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LAS sociedades se superponen como cortinas de humo para distraer la atención. La empresa 'A' no tiene nada que ver con la 'B', aunque ésta ultima posee la mayor parte de su capital social. Entre ambas media una filial, a la que llamaremos 'C'; otra tapadera. Los administradores son testaferros, nombres de paja que cobran por ser la cara visible del dinero de otro. A este sistema de blanqueo se le conoce policialmente como 'sociedades interpuestas', con nombres interpuestos (los testaferros), que no es otra cosa que tejer un entramado de compañías cuyo hilo conductor sea difícil de seguir. Sin embargo, todos los caminos llevan a Roma...

Juan Antonio Roca, calificado por algunos como el factótum del Ayuntamiento de Marbella, ha ingresado en prisión por amasar una fortuna -«incalculable» para la policía- en muy pocos años, según se desprende de su auto de ingreso en prisión, dictado por el titular del juzgado de instrucción número 5, Miguel Ángel Torres. La investigación sitúa al asesor en urbanismo como el presunto cerebro de todo un entramado societario, compuesto por 120 empresas, para blanquear su vasto patrimonio. Un millar de cuentas bancarias intervenidas, muchas de ellas vinculadas a Roca, servían de infraestructura a esta maquinaria de lavar dinero.

Repartir los huevos

En el manual del blanqueo es una máxima repartir los huevos en distintos cestos para no quemar a la gallina. Dicho de otra manera, diversificar la inversión para no levantar sospechas y para compensar pérdidas ante una mala jugada del mercado.

Los cestos de Roca, según se desprende de la investigación, eran las fincas rústicas, las obras de arte y la ganadería. El primero no es un secreto para nadie en la Costa del Sol, la gallina de los huevos de oro del blanqueo a golpe de mortero y ladrillo.

Pero, al parecer, Roca fue un visionario con gusto por el arte. De hecho, la multimillonaria inversión realizada en arte puede haber convertido al asesor de urbanismo en uno de los mayores coleccionistas de España. Su pinacoteca se gestó en relativamente poco tiempo, ya que las primeras obras fueron adquiridas alrededor de 1994.

Los 275 cuadros incautados en las diferentes propiedades que tenía el asesor a través de sus supuestos testaferros demuestra no sólo el gusto por el arte del asesor encarcelado, sino también cuál era una de las vías elegidas para invertir sus ingentes ganancias. Según cuentan quienes conocían la trayectoria de Roca en el mundo del arte, pese a que en un principio sólo se acercó utilizó la compra de cuadros como forma de inversión, con el tiempo comenzó a entender y a mostrar gusto principalmente por la escuela de París.

Las obras realizadas durante el siglo XX entre las décadas de los años 20 y 70 son sus preferidas, aunque también mostró interés en adquirir obras de artistas contemporáneos como Barceló y Tàpies. Hay quien asegura que llegó a comprar entre ocho y diez Picassos, pese a que en la 'operación Malaya' sólo se ha encontrado uno, del que se está comprobando su autenticidad. Juana Francés, Palazuelo, Sassalette, Karen Appel y Benjamín Palencia son otros de sus autores preferidos.

La otra inversión a la que el asesor de urbanismo destinó su capital es la ganadería. Roca sería propietario de una cuadra compuesta por 103 caballos, valorados en tres millones de euros, en la sampedreña finca de 'La Caridad', y otra yeguada con 30 ejemplares en 'El Pajar Blanco', en Madrid. La policía ha intervenido en dos de sus fincas otros 200 toros de lidia. Curiosamente, otro de los detenidos en la operación sería un ganadero.