Los líos de Ana Camelo al frente de la Fundación de la Mujer

Ana Camelo acumula una polémica tras otra. La concejala de ‘Por Cádiz sí se puede’ se ha convertido en uno de los rostros más conocidos del equipo de Gobierno de José María González al protagonizar algunos de los capítulos más controvertidos al frente de la Fundación Municipal de la Mujer. La realidad es que sus apariciones no dejan indiferente a nadie y su clara obsesión por llevar al límite las políticas de igualdad le han costado ya numerosas críticas al alcalde. Incluso algunos de sus compañeros se han desmarcado en algunas de las medidas tomadas por la edil desde que asumió esta concejalía.

La polémica suscitada esta semana por los contenidos que se imparten a los niños en la ludoteca del Centro Integral del Palillero ha sido la última en protagonizar la representante municipal.

Las críticas de los padres a una programación que incluye las diferencias entre las personas gays, lesbianas y transexuales, al considerarlo inapropiado para niños de hasta tres años, no es más que un nuevo ejemplo de la doctrina impulsada por Camelo en su concejalía. A ésta se suman, hasta medio docena más de casos, desde que tomó posesión del cargo en 2015.

Primero fue la renuncia presentada por la anterior gerente de la Fundación, Fátima Salaverri, la que hizo levantar las críticas de la oposición. La negativa de esta funcionaria a admitir ciertas directrices de Ana Camelo convirtió la Fundación en el foco de las cámaras y, desde entonces, no paran de producirse constantes focos de disputas.

Precisamente la convocatoria de esta plaza de gerente ha sido la que más ruido ha generado, hasta el punto de que sigue desierta casi dos años después de la dimisión de Salaverri. Las tres candidaturas presentadas por hombres no han cumplido las expectativas de Camelo, que posteriormente a este concurso declaró que uno de los requisitos para el puesto era ser mujer. Por este motivo, los candidatos presentaron tres recursos de alzada, que el equipo de Gobierno sigue esquivando para no avivar más una polémica que los partidos de la oposición han llegado a tachar de anticonstitucional.

Mientras el puesto de gerente de la Fundación sigue desierto, la concejala del área sigue acumulando problemas y críticas desde diferentes sectores.

La denuncia de las mujeres desempleadas que participaban en uno de los cursos para buscar empleo llegó incluso a las televisiones nacionales. Los contenidos de este curso, donde se daban clases de estimulación del clítoris, fueron tachados entonces de inapropiados tanto por las alumnas como por los partidos de la oposición.

El plan de violencia de género volvió a poner en el candelero a la dirigente de Podemos el pasado mes de abril. La elaboración de un plan integral aprobado en pleno en 2015 se tradujo en la presentación de un documento que, según la oposición y varias de las asociaciones convocadas, no responde a los objetivos que se plantean. Las críticas se centraron en la escasa utilidad de un documento que no recoge ni acciones concretas ni está dotado de presupuesto. Además, la concejala abandonó la reunión para bordar este documento y en la actualidad, su elaboración ha quedado en manos del resto de partidos políticos de la oposición y de los colectivos, sin que exista participación de la concejala responsable del área de la Mujer.

También por cuestiones ideológicas fue criticada la responsable del área en la retirada del busto de Mercedes Formica de la Plaza del Palillero. La imagen de la abogada y escritora falangista, que defendió los derechos de la mujer durante el franquismo, desapareció de esta céntrica plaza de la ciudad tan solo dos meses después de llegar a la Fundación. Ni los elogios de numerosos escritores progresistas a la labor de Formica ni la iniciativa del Ayuntamiento de Madrid, gobernado también por Podemos, de dedicar una calle a la ilustrada gaditana, ha permitido volver a recuperar un busto que se encuentra en la actualidad en la biblioteca del Palillero.

Esta acción, sumada a su decisión de cambiar los nombres de todos los programas que se ofrecían en el centro durante el Gobierno del Partido Popular, así como su decisión de eliminar oficinas a la Fundación para cederlas a otras áreas municipales como la de Memoria Histórica, o su permiso para albergar mítines de Podemos en las instalaciones, conforman un cúmulo de controversias que tan solo han generado disputas y falta de acuerdo tanto con el resto de los partidos como con muchos otros colectivos. En definitiva, muchas más polémicas que acciones para promover y avanzar en la efectiva igualdad de la mujer gaditana.