Julia Espigado, trasplantada de riñón hace tres años.
Julia Espigado, trasplantada de riñón hace tres años. - F.J.
SANIDAD

«Gracias a los donantes hacemos una vida totalmente normal»

Julia Espigado fue trasplantada de un riñón hace tres años y anima a la sociedad a donar órganos

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«Se puede hacer una vida perfectamente normal con un solo riñón». Éste es el mensaje principal que quiere transmitir Julia Espigado Delgado en la conmemoración ayer del Día Mundial del trasplante de órganos. Esta isleña tiene 33 años, marido y dos hijos, de seis y nueve años. Sabe lo que dice al hablar de Trasplante de órganos y hoy está dispuesta a contar su historia.

Hace tres años soportaba el paso de los días enganchada a una máquina de diálisis para sobrevivir, una imagen que volvía a repetirse por desgracia en su familia. No obstante, siempre ha mantenido esa sonrisa que le caracteriza. Así empieza el relato. «Me quedé embaraza y fue en una revisión rutinaria cuando me detectaron que tenía la creatinina alta.

Nunca había notado nada. Entonces comencé con tratamiento. Pero finalmente, fue después en el segundo embarazo cuando la enfermedad avanzó notablemente», cuenta esta profesora de filología.

Julia es una mujer muy optimista y reconoce que «fui a diálisis porque tenía que ir pero en ningún momento he sufrido la enfermedad como tal. Afortunadamente solo he recibido diálisis un mes». Julia padeció glomerulonefritis, una enfermedad genética y hereditaria. Iba a diálisis dos horas durante dos días a la semana. Esta gaditana recuerda con emoción y claridad el momento en que recibió la llamada. Fue un 23 de octubre a las 3.00 horas de la madrugada. «En cuanto sonó el teléfono ya sabía para lo que era. Cuando estás en lista de espera permaneces las 24 horas del día pendiente. Me dijeron que había alarma de un posible donante que había fallecido». Todo fue muy rápido. «Un mes antes estábamos haciendo un estudio de trasplante cruzado a los miembros de mi familia, a mi marido y cuñados, pero afortunadamente no hizo falta», recuerda emocionada.

«Al principio estaba nerviosa, porque no deja de ser una intervención arriesgada pero muy contenta por que te cambia la vida completamente de estar enganchada a un máquina a estar trasplantada y poder hacer la vida prácticamente normal». Julia va a sus revisiones en el hospital Puerta del Mar una vez al mes, cada vez más espaciadas en el tiempo, «lo que significa que va todo bien», detalla esta isleña que asegura sentirse «estupendamente» viviendo con un único riñón. Es por ello que para el Día del trasplante de órganos, Julia no quiere dejar pasar por alto la oportunidad de lanzar un mensaje positivo a todas aquellas personas que se encuentran en la misma situación, «Se puede salir perfectamente de la enfermedad. Gracias a los donantes hacemos vida totalmente normal. Es un momento muy duro porque un familiar ha fallecido y tiene que ceder órganos de esa persona pero a la vez le están dando vidas a otro que si fuera al revés también ellos querían que otra persona le cediera los órganos de su ser querido en el momento que lo necesitaran».

Julia como sus familiares recuerdan con cariño al doctor César Remón y a su equipo médico que les atendieron durante su estancia en el hospital gaditano. «El peor momento de esta enfermedad creo es cuando estás en diálisis. No obstante, hay un equipo médico fabuloso, médicos, enfermeros, auxiliares, que es de agradecer».

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