Como ha detallado este martes la Junta en una nota, en el centro del recinto se encontraba el ‘ring’, de forma circular y con asientos para el público asistente. El lugar disponía también de una mesita con un temporizador para los combates, una báscula romana para el pesaje de los gallos combatientes y diversas hojas de anotaciones o libretas con los gallos participantes, el tiempo de los ganadores y el orden de actuación y su peso. En el momento de la intervención policial solo quedaban cuatro tientas por desarrollar.
Interrumpieron un nuevo combate
La entrada de los agentes interrumpió la preparación de un nuevo combate y se comprobó como en unas galleras anexas se encontraban esperando en jaulas los animales que debían combatir a continuación. En el tentadero se observaban restos de sangre, plumas, si bien el lugar disponía de un aspirador de aire para recoger las plumas que perdían los gallos durante las tientas ilegales.
En el registro practicado en todo el recinto se localizaron diez animales que presentaban determinadas lesiones y quedaron depositados en el reñidero para su posterior análisis por los veterinarios, y actualmente se está a la espera de los informes para poder determinar si los responsables de la organización de estas peleas podrían haber incurrido en un delito relativo a la protección de la flora, la fauna y los animales domésticos.
Los agentes de la Policía andaluza y de la Policía Nacional de El Puerto también comprobaron que el organizador del espectáculo disponía de alguna de la documentación necesaria para ello, aunque el certificado de desinfección del reñidero era de fecha 7 de diciembre de 2009, y además prácticamente duplicaba el aforo autorizado para un máximo de 57 personas.
Las actas extendidas han sido remitidas al Servicio de Juego y Espectáculos de la Junta de Andalucía para la tramitación de las correspondientes infracciones administrativas detectadas.
Por parte de la UPR, también se identificó a todos los asistentes y se instruyeron un total de 10 actas por tenencia de armas blancas y por drogas.
Normativa
Andalucía es junto a Canarias las dos únicas comunidades autonómas de todo el país donde se celebran peleas de gallos autorizadas. Es decir, aquellas que se regulan por la Ley 11/2003 de Protección de los animales y una resolución de la Junta de Andalucía de 2004 que permite las peleas de gallos siempre que tengan como único objetivo la «selección de cría» para la mejora de la raza.La ley deja claro que estas riñas tienen que hacerse siempre en criaderos autorizados con la asistencia exclusiva de sus socios.
El problema surge cuando las peleas no se adecuan a lo reglado y se comete maltrato animal o se infringen otras reglas como publicitar las peleas fuera de las peñas, la asistencia a las tientas de menores de 16 años, las apuestas, el consumo de alcohol y drogas o la ausencia de veterinarios autorizados y jueces federativos.