«Los trabajadores municipales que guarden cada archivo, cada carpeta, hay que airear el Ayuntamiento»

Un pub en pleno centro de la ciudad fue anoche el punto en el que la euforia se desbordó en Cádiz. La calle Rafael de la Viesca estaba prácticamente colapsada por los militantes y simpatizantes de Por Cádiz sí se puede.

Abrazos, saltos, lágrimas y el grito que desde hace meses se ha oído mucho en el país: «¡Sí se puede, sí se puede!». Los cánticos dieron paso a otros más locales, como «luz y agua para la corrala» o el más repetido de la noche: «Dile que se vaya, dile que se vaya...»

A medida que se iban conociendo los resultados escrutados incluso iban bajando los vecinos a sumarse de forma espontánea a la fiesta. Fueron llegando los apoderados, y el resultado de cada mesa se celebraba como un gol.

Los ánimos se rebajaron levemente al saber que el PP se iba con dos concejales más que ellos, pero la sensación ya era de triunfo. De la nada a obtener más de 18.000 votos. Desde luego no es poco. Y así siguieron celebrando hasta que llegó José María González ‘Kichi’, con él Teresa Rodríguez y Jesús Rodríguez. Le esperaban sus compañeros, su familia y hasta los miembros de su comparsa. La euforia entonces se desbordó.

El parlamentario Jesús Rodríguez, secretario de Organización de Podemos Andalucía, tomó el primero la palabra para decir que «hace más de un año dijimos que íbamos a hacer historia y esa historia empieza en Cádiz. Este país ya no será nunca el mismo. Hay un dato, el de la participación, que no es uno más. Hemos conseguido movilizar el voto de la abstención, de los más vulnerables, de los que ya no creían en nadie. Hay hambre de cambio en este país y esta ciudad ya no será lo mismo».

Las palabras de Jesús, la presencia de Teresa, todo ayer servía para despedazar de forma definitiva la careta de la agrupación de electores que no es Podemos. Obviamente sí lo era, y ya no se oculta ni se disfraza.

Entonces habló Kichi, visiblemente emocionado. «Hemos hecho historia en Cádiz. No hay en la historia democrática reciente de esta ciudad una formación política que haya pasado de 0 a más de 18.000 votos en unas elecciones. Por eso estoy orgulloso de ser de Por Cádiz sí se puede, orgulloso de ser de Podemos. Con los pueblos de Barcelona, Madrid y Cádiz empieza el futuro de este país».

Centró su discurso luego en la esfera local y lo hizo hablando en primera persona. Palabra de gaditano. Dijo que «está más cerca el tiempo de que se vayan los que han gobernado esta ciudad llenándose los bolsillos mientras que mi gente vivía de migajas. Hoy los gaditanos han demostrado que son valientes, que creen en el cambio y lo necesitan. Hoy estamos más cerca de abrir las puertas del Ayuntamiento de Cádiz a la gente normal, a un profesor hijo de un soldador que se dejó los pulmones trabajando. A la gente corriente que está sobradamente preparada porque está sobradamente acostumbrada a tirar del carro todos los días».

Kichi anunció que la primera propuesta que presentará en el Ayuntamiento de Cádiz será la reducción del sueldo de todos los concejales. Y fue entonces cuando quiso lanzar varios mensajes a las otras fuerzas que entran en el Pleno. «Al resto de formaciones le llega el tiempo de definirse, de posicionarse, propuesta tras propuesta. Hay dos opciones: estar con la gente o contra la gente».

Dijo el ya concejal que «los resultados dicen que es necesario un cambio en Cádiz», pero aún no quiso hablar de pactos. Solo manifestó que «quienes estén dispuestos a acabar con un negocio que está en manos privadas, quienes quieran acabar con la lacra del desempleo y con los desahucios, va a encontrar nuestra mano tendida».

Sus votantes no entenderían lo contrario visto lo visto ayer en la celebración, en la que la consigna más repetida era la que conminaba a echar a Teófila Martínez de la Alcaldía. Ya lo advirtió el candidato el día de su presentación, que harían lo que estuviera en sus manos para acabar con los 20 años de gobierno del PP, lo que incluía pactar, por ejemplo, con el PSOE.

Por último, lanzó un mensaje a los trabajadores municipales: «Guardad cada carpeta, cada archivo. Hay que airear lo que huele a podrido en el Ayuntamiento».

Y así terminó con la prensa y empezó con su gente. No admitió preguntas, un vicio más achacable a los partidos de siempre que los nuevos, será cuestión de inexperiencia, de nervios o del lógico desbordamiento de emociones.

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