el apunte

Los nuevos caminos del comercio

Las veladas veraniegas de puertas abiertas en los establecimientos son sólo una muestra del necesario cambio de hábitos entre empresarios y usuarios

Actualizado: Guardar
Enviar noticia por correo electrónico

Primero fueron una novedad, una curiosidad. Fue a finales de la pasada década. Luego, se convirtieron en una especie de tradición, de cita con fecha fija en las semanas precedentes a Navidad o en los primeros días de verano. Ahora, están tan extendidas y consolidadas que son una tendencia comercial, un recurso más. Este fin de semana coinciden, sin ir más lejos y con distintas características, en Cádiz, Vejer y Chiclana. Las noches abiertas, las veladas en las que los comercios prolongan hasta la madrugada su hora de cierre y cuentan con el respaldo de actuaciones, museos y recintos abiertos, se han erigido como una herramienta esporádica más para incrementar las dañadas cuentas de resultados del pequeño comercio. En zonas turísticas como Cádiz, alcanzan el nivel de atractivo turístico y quedan señaladas en rojo dentro de las agendas de eventos como un atractivo más para los miles de visitantes que estos días recorren las calles de todas las localidades costeras. Pero más allá de lo anecdótico y utilitario del recurso, este tipo de ideas demuestra que el comercio necesita, de una vez por todas, una flexibilidad total que adapte los horarios, los modos, a las nuevas necesidades del cliente. Los tradicionales momentos de apertura resultan casi incompatibles con el ritmo de vida de los trabajadores y el retraso en asumirlo ha jugado a favor de los centros comerciales (atestados los sábados) en detrimento de la tienda tradicional, de los establecimientos de los cascos antiguos de cada ciudad. Poder abrir en diferentes horarios, según la peculiaridad de la mercancía, del cliente, según la época del año y del perfil del usuario es un paso que habría tenido que darse hace mucho. Más allá de una noche festiva cada tantos meses.