tragedia en santiago

«Han dejado a muchos niños huérfanos»

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Alumnos y exalumnos de los tres profesores de San Fernando fallecidos junto a otros dos amigos de la localidad en el accidente de tren de Santiago de Compostela, lloran hoy juntos su pérdida. "Han dejado a muchos niños huérfanos", dice una de las madres.

Flores, velas y carteles en los que sus alumnos han escrito frases como "gracias por todos los años que nos habéis dado" se acumulan desde anoche a las puertas del colegio público Puente Zuazo. En ellas, como en el cercano IES "Sancti Petri", la comunidad educativa y los vecinos de San Fernando han buscado un lugar en el que compartir el dolor por la muerte de los cinco vecinos.

Dos de ellos, el matrimonio compuesto por Esperanza Márquez y Francisco García, eran profesores del colegio Puente Zuazo, donde hoy María Ángeles Cumbrera, madre de dos hijos que fueron alumnos suyos, les hacía un homenaje leyendo en voz alta una carta en la que decía que con su muerte "han dejado a muchos niños huérfanos".

"Eran una pareja ejemplar, trabajaban juntos, se divertían juntos y se han ido juntos", comentaba esta madre que sabe que ambos han dejado "su huella" en sus alumnos. Exalumnos de la pareja también acudían esta mañana a las puertas del centro para "demostrarles que les queremos y que les vamos a seguir queriendo", como decía uno de ellos, Abraham García.

En el cercano instituto Sancti Petri, en donde trabaja como profesores Antonio Reyes, otro de los fallecidos en el siniestro, y Josefa Álvarez, que ha resultado herida grave, también se vive el dolor por el accidente. El delegado de la Junta de Andalucía en Cádiz , Fernando López Gil, se abrazaba en sus puertas a los directores de ambos centros educativos, visiblemente afectados. "Sólo podemos lamernos las heridas juntos", decía el representante de la Junta, que ha apoyado en todas las gestiones y necesidades a los familiares de las víctimas.

El Ayuntamiento, donde trabajaba como funcionario Ignacio Bustamante, muy vinculado al mundo cofrade de San Fernando y esposo de Josefa Álvarez; y la sucursal bancaria en la que trabajaba Rosa Quijano, esposa de Antonio Reyes, viven también hoy con dolor la confirmación, tras las muchas horas de espera de ayer, de sus muertes.

Todos ellos formaban parte de un grupo compuesto por tres matrimonios y la hija de uno de ellos que habían viajado a Galicia para pasar unos día de vacaciones. De ellos sólo dos han sobrevivido, con heridas, Josefa Álvarez, y Fámita Reyes, una joven con síndrome de Down que ha perdido a su madre y a su padres en el siniestro.

El pueblo espera hoy el regreso de los familiares que se desplazaron ayer a Galicia para seguir desde allí las noticias sobre el paradero de las víctimas. Los cuerpos de las cinco víctimas mortales regresarán probablemente esta noche a San Fernando en tren, según fuentes de las administraciones.