el rayo verde

El cielo sobre nuestras cabezas

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El viernes un buen número de gaditanos llamó al cuartelillo de la Policía Local por si las luces que se veían por Torregorda correspondían al satélite UARS de la NASA que anda deambulando por el espacio y amenazaba con caer en alguna parte de la Tierra. Para que luego digan que somos optimistas: con toda la superficie del planeta a su disposición, la gente pensó que el impacto tocaba aquí, en estos pocos kilómetros cuadrados de Bahía. Ya no es sólo el viejo Abraracúrcix, el galo jefe de la aldea de Astérix, quien teme que el cielo caiga sobre su cabeza. La moral colectiva está muy mal y es algo más que un estado de ánimo. No nos faltan razones. No es que se hunda el Vaporcito, símbolo de la Bahía donde los haya, o que luego caiga un helicóptero en pleno centro de El Puerto, es que los signos no esotéricos, los indicadores más acreditados, no dan tregua. El informe de la Caixa, este pasado martes, ofrecía un cuadro terrible: desde que comenzó la crisis han desaparecido cuatro mil comercios tradicionales, se han cerrado mil doscientos bares y restaurantes, más de ochocientas empresas del sector industrial han ido a pique y también 1.147 de la construcción en la provincia. Si se contaba con la obra pública para compensar, la ralentización de ésta deja el contador de esperanzas a cero.

Por el contrario, en un debate parlamentario el consejero de Economía, Antonio Avila, trazaba un cuadro optimista:decía que en la provincia estamos en un proceso «leve» de recuperación, debido a las exportaciones, el turismo y la iniciativa empresarial. Aseguraba que la renta per capita es de 18.735 euros, un poco superior a la media andaluza (18.384), que alberga casi el 40% del total del comercio exterior andaluz y que la productividad por ocupado, que es la relación entre PIBy puesto de trabajo es incluso levemente superior a la media regional. Dio buenos datos de crecimiento de las exportaciones, un 50%, frente a un 26% de Andalucía;del turismo, del 13,7% y de creación de sociedades mercantiles, 700 en lo que va de año, un 6,7% más. Hasta se comportó bien el empleo, dijo, porque en agosto la afiliación a la Seguridad Social aumentó en más de 500 personas y Cádiz fue la provincia española de mayor crecimiento en esta cifra. Incluso presumió de las ayudas a la reindustrialización, de tan escasos resultados. Los representantes del PP, Jorge Ramos, y de IU, Ignacio García, vinieron a decirle que en qué país vivía, si Bahía Competitiva no ha servido apenas, si los ERE ha echado a la calle a 10.700 trabajadores desde que empezó la crisis, si hay 5.551 parados nuevos y si, puntualizó Ramos, siguen sin resolverse las infraestructuras del transporte, la conexión de las dos bahías, y la vertebración territorial. Una vieja retahíla de reivindicaciones, pendiente desde generaciones y sin visos de solución.

Defender la alegría, en este contexto, resulta complicado. Bastante es convivir con el miedo a perder el empleo o la desesperación de encontrar uno. Los discursos no calan. La gente mira al cielo y sólo teme que le aplaste el UARS. Lo que pasa es que igual a alguno nos coge ya sin cabeza.